LOS CREYENTES VIII. Sigo un poquito más sobre mi encuentro con mi amigo: cuando me preguntó cómo estaba, le contesté que me había constituido en –máquina de languidecer– y como es ilustrado pensé que podía identificar la gracia con el título de un libro de Ángel Olgoso; pero no, no se dio cuenta del plagio y yo quedé muy ocurrente. Yo a él le vi igual que siempre, su vida parece estable y hasta feliz. Siempre ha sido animoso. Nos despedimos con las consabidas y consoladoras fórmulas de vernos pronto (así llevamos veinte años, pero nunca lo conseguimos). Continué mi marcha hacia el encuentro con los que desfilarían plenos de certezas, los Creyentes…
8 JULIO 2017
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