2 AGOSTO 2017

EL MUNDO GAY O LA INCERTIDUMBRE II (digresión sobre arte fotográfico). Antes de llegar al lugar donde teníamos previsto fotografiar la manifestación (en Atocha, donde siempre) visitamos la exposición de Elliott Erwitt, sobre Cuba. Elliot fue a Cuba en 1964 y fotografió la espuma de la revolución. Son espléndidos los retratos de Fidel Castro, Ernesto Guevara y otros revolucionarios. Una de las fotografías, quizá la que más me gustó, muestra a un grupo de dirigentes revolucionarios charlando en un corro, cerrados sobre sí mismos, en una atmósfera de conciliábulo secreto y peligroso. Da la impresión, por la cercanía a los dirigentes revolucionarios, que Elliot fue uno de los suyos, aunque no lo sé con certeza. Si yo hubiera estado en esos momentos allí, también lo habría sido. Luego, me habría enterado de que las revoluciones, en todos los casos, desembocan en sangrientas dictaduras, y los habría combatido hasta donde mi cobardía me hubiera permitido. Excelentes fotografías, plenas de sutileza y fino sentido del humor. Muy bien positivadas a negativo completo, denotan un sensible pulso fotográfico y una penetrante mirada. Lo curioso y especial de la propuesta expositiva estaba, además, en el hecho de que hay un segundo trabajo de Erwitt, esta vez de 2015. El fotógrafo, a pesar de su avanzada edad (87 años), firmó un trabajo donde permanece la frescura y la lucidez de su mirada. Estas últimas fotos denotan, lamentablemente, que la Cuba de ahora es la misma de hace cincuenta años. Parece un país en el que el tiempo quedó congelado y los cubanos dormidos a lo largo de tanto tiempo, y todo gracias a la «gloriosa» y desdichada «revolución». Si elimináramos las referencias sabidas del momento de la toma las imágenes serían indistinguibles…