LA CIUDAD MELANCÓLICA I (o donde habitan los dioses de la paz eterna). Llegamos a la ciudad poco después del mediodía. El asombro entorpecía mi supuesta capacidad para interpretar con claridad lo que sucedía a mi alrededor. Un abigarrado paisaje repleto de gente, de todo tipo de vehículos y rebosante de información, desbordaba las posibilidades de convertir lo que me rodeaba en un relato asimilable. La fotografía que suelo hacer se sustenta en la intuición y el azar pero, esa tarde, no acertaba a encontrar nítidamente mi deseo fotográfico, seguramente porque no llegaba a entender lo que se desplegaba delante de mi vista. Al borde de la desesperada y más decepcionante impotencia, levanté la cámara y comencé a fotografiar tímidamente, inseguro, con la abrumadora sospecha de que en mi visor solo aparecían trivialidades…
1 OCTUBRE 2017
© 2017 pepe fuentes