LA CIUDAD MELANCÓLICA XIX (o donde habitan los dioses de la paz eterna). El tiempo en el río transcurría pleno de luz y sensaciones gozosas. La mirada se movía excitada entre tantos estímulos visuales y vitales. Hacía mucho tiempo que no fotografiaba con tantas ganas. Era consciente de que muchos de los encuadres eran triviales, otros tal vez no, pero me daba igual que lo fueran porque estaba encantado por el mero hecho de fotografiar. La fotografía como actividad gozosa, sin más. Empezaba a entender por qué ese remotísimo lugar ha despertado tantas pasiones entre tantos y tantos occidentales… “Río porque ríen, no por lo que ríen”. Antonio Porchia
19 OCTUBRE 2017
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