CUENTECITO TRISTE Y FURIOSO SOBRE POLITICA VII (o la absurda y lamentable deconstrucción de un país, el mío: España). Estoy escribiendo este cuentecito exactamente en la mañana del diecinueve de octubre, jueves, y cuando termine, que espero que sea hoy mismo, no volveré a revisar el texto de estos días y tampoco, claro, incorporaré ninguna novedad que pueda producirse, sencillamente porque lo que ocurrirá serán meros e intranscendentes detalles tácticos, de una parte, o de otra. Todo lo esencial, para mí, lo he dicho ya. Cuando esta pesadilla termine, por ahora es imposible saber si durará meses o décadas, todos habremos perdido mucho y solo hay un culpable, que no se nos olvide, y que no es otro que el que ha empezado la pelea: ellos. Ah, que también quede claro que a esas gentes solo cabe derrotarlas de modo aplastante, lo mismo que se hizo con el nazismo. Con el nacional-populismo no hay otro modo: ellos o nosotros. Los nacionalistas siempre se comportan igual: crear una animosidad aversiva hacia los otros y a continuación articular estructuras y estrategias de destrucción de los diferentes. Hacer prevalecer lo suyo a costa de la destrucción de lo ajeno. Cualquier salida pactada supondría una victoria para ellos y una derrota diferida para nosotros. No hay soluciones mágicas y mucho menos dialogadas: o se guerrea o nos rendimos, pero tanto una cosa como otra, lo antes posible, porque ya está bien de sufrimiento y pérdida de tiempo para todos. Quizá, lo más sensato, sea asumir la derrota, porque, al fin y al cabo, no es deseable compartir destino y viaje con semejantes y peligrosos piojosos (por mí, se podrían ir a la puñetera mierda). Acabo ya este triste y desesperanzado y pequeño cuentecito furioso, asumiendo que ganarán, y lo harán porque, como le dije a mi amigo hace años, ellos desean más, ellos tienen un ilusionado propósito épico, aventurero e incluso romántico, y nosotros no, solo somos un pueblo acobardado y acomplejado, sin iniciativa, ilusión y ni tan siquiera ganas de defendernos.
Fotografía: Por último, manifestar solemnemente que no volveré a pisar ese “país”. Sí, porque además, mi motivación en los viajes siempre es fotografiar y lo mejor de ese “país” ya lo he fotografiado: los animales que guardan en el Zoo de Barcelona.
31 OCTUBRE 2017
© 2002 pepe fuentes