10 NOVIEMBRE 2017

CUARTO OSCURO SÍ, CUARTO OSCURO NO II. Creo haber sido consciente siempre de eso, me parece y, para bien o para mal, no dejé que el mundo digital entrara en mi vida. Pero claro, a medida que cumplo años y se reducen las ganas y las energías, cada vez me cuesta más y más cargar con mis pesadas cámaras y, sobre todo, encerrarme en el cuarto oscuro a quemar papeles y dinero, para nada. Pero sé que el día que clausure mi laboratorio también cerraré mi actividad fotográfica; nunca haré fotografía digital, sencillamente porque me parece un vulgar trámite mecánico, funcionarial e inmediato, como que te sellen un documento de entrada en la ventanilla del registro de realidades insustanciales. Eso no tiene porqué ser así para nadie, pero lo es para mí. Me resisto, porque sé o sospecho que el día que entregue mis bagajes de esforzado artífice de los sempiternos haluros de plata, mi vida se empobrecerá hasta límites insostenibles. Seguramente me importará muy poco vivir o no. Se habrán consumado todos los fracasos…