DIGRESIÓN DOS: mor shakhsiya (Asuntos de familia). Israel (2016) Guión y dirección: Maha Haj. Intérpretes: Amer Hlehel, Mahmoud Shawahdeh, Maisa Abd Elhadi, Ziad Bakri, Jihan Dermelkonian, Hanan Hillo. Maravillosa y sencilla película de familia, que se desarrolla en Nazaret, Ramala y Suecia. Lo que aparentemente sucede y subyace, entre otras muchas y sutiles cosas de las que nos pasan a los humanos, es la inmensa dificultad que tenemos todos para encontrar puntos de encuentro con los demás, especialmente con nuestras parejas. Película de pocos e intensos protagonistas, tres parejas y dos personajes más: la abuela que hace tiempo que ya partió del mundo objetivo que la rodea, y un hijo y hermano, todavía joven, transplantado a las soledades de Suecia. Los padres, sexagenarios, viven en Nazareth, mantienen una vida rígida y pasiva, constreñida en el asfixiante orden tradicional (férreo dominio masculino en la pareja) lo que supone una inmensa frustración para ambos. Por si fuera poca la desdicha, son un matrimonio de larga duración porque, como dice Manuel Vilas en la increíble y maravillosa Ordesa: “Creo que el matrimonio de larga duración no es propio de la naturaleza humana…los hombres aceptan los matrimonios de larga duración porque dejan de creer en la juventud”. Los otros dos hermanos (hombre y mujer) y sus compañeros, forcejean para intentar llegar a un punto de equilibrio en sus vidas de pareja, sin apenas lograrlo. Maha Haj, consigue, con pasmosa y lúcida sencillez, hacer creíbles las historias de unos personajes reconocibles y absolutamente verosímiles. Hay un especial encanto en cada una de las situaciones que nos ofrece la película, sin por eso dejar traslucir la contradicciones e imposibilidad para conseguir gestionar la vida propia de forma equilibrada y coherente. La historia habla, sobre todo, de la vida en pareja: de amor y desamor, de complicidad y desencuentros, de deseo y frustración, de soledad y coartadas, y de la feroz y soterrada lucha por el poder, también de la negociación permanente que hay que mantener para hacerla posible y también de las ilusiones largamente acariciadas. Sin abandonar en ningún momento un fino y ácido sentido del humor, ofrece dos o tres situaciones de una belleza impagable: el encuentro del cuñado (personaje que pertenece a esa difusa categoría de seres humanos, la de los cuñados) con un mar de tonalidades fantásticas del verde esmeralda al azul añil; el estatismo momificado de los padres sentados frente a un lago en Suecia; y el tango bailado en una sala de interrogatorios de la policía, por Tarek, el hijo soltero y Maisa, su impaciente aspirante a novia. Fantástica película.
20 FEBRERO 2018
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