DIGRESIÓN CINCO. The Party (2017). Reino Unido. Guion y dirección: Sally Potter. Fotografía: Aleksei Rodionov. Intérpretes: Patricia Clarkson, Bruno Ganz, Cherry Jones, Emily Mortimer, Cillian Murphy, Kristin Scott Thomas, Timothy Spall. Comedia negra, o no tanto, o sí: se trata de la vida misma, que quizá sea más negra de lo que podemos imaginar. De cualquier forma, cuando una historia de ficción, que al fin y al cabo siempre es un sabio desdoblamiento de la realidad que nos rodea, se sustenta sobre personajes ilustrados, como es el caso, todo resulta más atractivo. Como ser ininteligente que soy, siento una admiración golosa y posiblemente irracional hacia las historias que se sustentan sobre personajes cultos e inteligentes. O, dicho de otro modo, hacia los personajes que se expresan con un discurso medianamente sofisticado y empedrado de referencias cultas, y a ser posible algo cínicas (al fin y al cabo, el cinismo se sustenta sobre una reinterpretación lúcida de la plana realidad y los adocenados valores que nos asfixian). Y, si además me lo cuentan en una pulcra y maravillosa textura monocromática, yo, me levanto de mi sillón y aplaudo entusiásticamente. Es lo que me sucedió con esta espléndida película. Formato teatral (los personajes no salen de una casa) que se desarrolla con un sinfónico y genial juego de planos y contraplanos. Especial mención merecen unos primeros planos de Timothy Spall, con la mirada perdida y la edad y la decepción aflorando por cada uno de sus poros. También, el inmenso Bruno Ganz está épico en la distancia corta. La historia quizá adolezca de falta de originalidad, al sustentarse sobre los recursos clásicos de mentiras y enredos, pero está bien contada, con algunos personajes en estado de gracia, especialmente el encarnado por Kristin Scott Thomas, soltando perlas verbales con si fueran bombas de racimo. A Sally Potter le sale una película redonda, dinámica, teatral, descarada y bellísima.
21 JULIO 2018
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