23 AGOSTO 2018

DIGRESIÓN TRES. Phantom Thread (El hilo invisible), 2017 (EE.UU). Guion y dirección: Paul Thomas Anderson. Música: Jonny Greenwood. Vestuario: Marck Bridges (Oscar al mejor vestuario). Intérpretes: Daniel Day-Lewis, Vicky Krieps, Lesley Manville, Richard Graham. Anderson se inspira en tres modistos célebres de la primera parte del siglo XX, Cristóbal Balenciaga, Charles James y Hardy Amies, para crear la brillante y enigmática figura de Reynolds Woodcock. Daniel Day-Lewis ha manifestado en entrevistas que su fuente de inspiración para componer el personaje fue Cristóbal Balenciaga y Marck Bridges ha sintetizado la obra de los tres. A partir de esas premisas, Anderson crea un personaje y un entorno estético, social, familiar, sentimental y creativo de fuerte personalidad, intensidad dramática y glamurosa brillantez. La memorable interpretación de Day-Lewis es capaz de transmitir la concentración e inspiración del artista total a través de sus gestos y el verosímil ceremonial creativo, con todas la complejidades emocionales que suelen acompañar a los genios. Cristóbal Balenciaga dijo a propósito de las exigencias de la creación de alta costura: “Un buen modisto debe ser: arquitecto para los patrones, escultor para la forma, pintor para los dibujos, músico para la armonía y filósofo para la medida”. Tenía razón, seguro, no en vano Coco Chanel dijo de él: “Es el único de nosotros que es un verdadero ‘couturier’ (costurero)”. El estilo vital y cotidiano que ponen en escena los tres intérpretes protagonistas, los hermanos Woodcock (Day-Lewis y Manville) y Alma (Krieps), son sencillamente fascinantes, interpretaciones que te fijan la mirada en la pantalla hipnóticamente. La producción, vestuario y música, junto a un complejo mecanismo de orfebrería emocional que es el guion, hacen de esta bellísima película una singularísima obra de arte. Anderson nos cuenta una historia sofisticada e inagotable de un modo sencillo y con una sabiduría cinematográfica digna del mayor de los elogios. Algo así como dice el propio Day-Lewis: “No hay nada más bello en todas las artes que algo que parece simple. Y si tratas de hacer cualquier maldita cosa en tu vida, sabes lo imposible que es lograr esa simplicidad sin esfuerzo”.