30 SEPTIEMBRE 2018

© 2016 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2016
Localizacion
Miguel y Sonia, (Toledo (España)
Soporte de imagen
-120 MM.- FP4 100
Fecha de diario
2018-09-30
Referencia
5413

DIGRESIÓN DIECISÉIS. L’amant d’un jour (Amante por un día). Francia (2017) Guion: Jean Claude Carrière, Caroline Dreuas-Garrelm Philippe Garrel, Arlette Langmann. Dirección: Philippe Garrel. Intérpretes: Eric Caravaca, Esther Garrel, Louise Chevillotte, Paul Toucang, Félix Kysyl, Laetitia Spigarelli. Exquisito blanco y negro (todos lo son) y una historia de amores y desamores, viva, delicada, sencilla, natural como la propia vida. Inteligente, claro. Garrel, hombre maduro y experimentado ya, comprende las sutilezas del amor, de la pasión, luego sabe que no hay razón que valga cuando entran en juego los deseos, a no ser que se extirpen sin contemplaciones. Dolorosa e inútilmente. Pero las cosas no son tan sencillas, porque siempre existen los efectos secundarios, tanto para unas decisiones como para otras. Es la vida. Existe otra aparente, la de los seres medio muertos, atenazados por el miedo, narcotizados, zombis, pero esos hoy no nos interesan. También están las coartadas o las mentiras, todo el mundo miente mucho, pero eso antes o después queda en evidencia y todo y todos volvemos al sitio que nos corresponde: bien al escenario del respeto, o, por el contrario, al de la falacia. Esta historia se juega entre seres civilizados, aunque apasionados. Los tres protagonistas transpiran sus emociones a través de gestos, silencios y palabras justas, ni una más de las necesarias. Este juego naturalista y puntual en la vida de los personajes está contado por Garrel lúcida y sabiamente; cada uno actúa de acuerdo con su naturaleza y su momento vital de un modo coherente, sin desgarros que vayan más allá de un conveniente y deseable equilibrio. Cada edad tiene su quimera, sus necesidades y sus compensaciones (no es conveniente mezclar edades o tiempos vitales). Saber eso y actuar consecuentemente, como hacen ellos, es sabiduría, porque ninguno se pierde en la fácil e inmadura extemporaneidad, que les haría caer estrepitosamente en el ridículo y el dolor. Todo eso queda delicada y maravillosamente contado en esta sutil e inspiradora película.

Pepe Fuentes ·