UN VIAJE LEJANO, nada menos que a China (3) … Nada más levantarnos el jueves dos de agosto, nos enteramos a través de un mensaje de Movistar (compañía de suministro de nuestras comunicaciones) que había gastado con mi móvil trescientos euros y que me habían cortado la línea (al parecer me había olvidado de desconectar la itinerancia de datos debido, en parte, a la somnolencia del día anterior y, en parte, porque estoy atontado). Nos disgustamos mucho, claro, sin saber en ese momento que era una nadería, porque aún no teníamos noticia del verdadero alcance del cataclismo. Habíamos quedado en el lobby del hotel con un tipo que se hacía llamar Felipe (no era su nombre, porque era muy chino, sino el que utilizaba para entenderse con sus clientes hispano hablantes) y que sería el guía que nos conduciría por algunos sitios de Pekín. El tipo no nos gustó. Era un hombre joven, distraído y que apenas nos hacía caso. Para él era infinitamente más interesante la pantalla de su móvil que nosotros. Cuando nos dirigíamos a él esbozaba una amplia sonrisa que presagiaba buen rollo, pero esa sensación se esfumaba enseguida porque él seguía con sus cosas, obviándonos como si fuéramos bultos molestos y prescindibles. El primer sitio al que nos llevó, deprisa, muy deprisa, fue a la plaza de Tiananmen, un inmenso espacio repleto de gente en filas que giraban alrededor de puntos inconcretos o en torno a sí mismas, pastoreadas por numerosas patrullas de policías. Impresionaba. Al parecer, no es que visitáramos la plaza, no, simplemente era un complicado lugar de paso para aproximarnos a la ciudad imperial o prohibida. Me llamó la atención que la puerta de entrada estuviera presidida por una gran imagen de Mao ya que, inmediatamente después de su muerte (hace cuarenta y dos años), ese país inició otra larga marcha para escapar del férreo control del comunismo egocéntrico y dictatorial que creó. Se supone que ahora tendría que ser una figura olvidada y hasta maldita. Los comunistas de ahora en casi nada se parecen a los de antes…
3 OCTUBRE 2018
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