7 ENERO 2019

© 1980 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
1980
Localizacion
Toledo (España)
Copiado máximo en soporte baritado
1
Fecha de diario
2019-01-07
Referencia
5518

DIGRESIÓN SEIS. Todas las noches de un día, de Alberto Conejero. Director: Luis Luque. Intérpretes: Carmelo Gómez y Ana Torrent. Escenografía: Mónica Boromello, Iluminación Juan Gómez-Cornejo. Teatro Bellas Artes, veintinueve de diciembre. Hacía mucho tiempo que quería ver una obra de Conejero; y a Carmelo y Ana en teatro (solo los había visto en cine). Desde que se levantó el telón noté que iba a presenciar una magnífica representación teatral. No me engañé. Para empezar, el texto, la construcción en permanente elipsis de la trama, hace que el desarrollo sea dinámico e incesante. El tiempo como una argamasa dramática que va y viene sincopada e inexorablemente hasta el fatal desenlace. El engarce de situaciones y tempos narrativos es un finísimo mecanismo de orfebrería narrativa. Conejero se apropia desde el primer minuto de la atención del espectador y lo zarandea y acuna en un incesante vaivén emocional. Palabras y trama virtuosas, complejas, inteligentes. Muy probablemente, sin la maravillosa y sentida interpretación de los actores, mi percepción de la obra habría sido diferente. Agradezco que estuviera encarnada por ellos; resultó sencillamente perfecto. Carmelo es capaz de dotar al obsesivo y leal jardinero (Samuel) de una gama de matices e inflexiones dramáticas que recibes plenamente palpitantes. La réplica de Ana, en el personaje de atormentada y desesperanzada señora de la casa (Silvia), es igualmente creíble e intensa. Ambos, se entremezclan y avanzan con seguridad por las sinuosidades del tiempo, resaltando, subrayando sin excesos innecesarios, la fatalidad de su desconsolado destino. Consiguen ser duros y tiernos, esperanzados y fatales, y todo al mismo tiempo. La dirección de Luis Luque, ajustada, precisa, sabiendo, como dice en la presentación del programa, lo que representa una obra como ésta: “La alegría del teatro del amor y de la vida”. Grandísima ovación final, justa y necesaria para una espléndida noche de teatro.

Pepe Fuentes ·