17 ENERO 2019

HISTORIA DE UNA BODA. Capítulo I. Los valores decisivos 2: Primero es el enamoramiento; luego el deseo del otro; luego el amor; luego los propósitos y proyectos vitales compartidos; luego la necesidad de hacer y vivir todo con el otro. Mezclados siempre y siempre aportando, cada uno, lo mejor de sí mismo a la causa común. Siempre sumando, nunca restando.  Esta máxima y prodigiosa plenitud solo se consigue desde el compromiso y la sintonía existencial. Y, por supuesto, a partir de que ambos se gusten y se quieran. Pero, sin la mirada compartida, la complicidad y el respeto hacia uno mismo y hacia el otro, nada de eso es posible. Tampoco el amor. Naty y yo tenemos la inmensa suerte de habernos encontrado en el mismo escenario y al mismo tiempo, compartiendo valores, gustos, miradas y necesidades…