ENSAYO FOTOGRÁFICO, INADVERTIDO Y AUTOMÁTICO, SOBRE EL MITO DE SÍSIFO (1). En mis visiones automáticas y algo atormentadas siempre subyace el hombre perdido que arrastra un peso, probablemente el que representa el sentido de su vida. Siempre presente en mi problemático imaginario. De vez en cuando, cuando menos lo espero, surge la necesidad de expresarlo de algún modo. No elaboro un guion de lo que pueda representar literal o teóricamente, sino que me asalta perentoriamente y en clave únicamente fotográfica, sin conexiones teóricas. Mis hechos fotográficos están liberados de todo lo que no sea ese dudoso lenguaje. Luego, una vez terminadas las imágenes, aparecen las asociaciones teoréticas que, muy probablemente, dormían en mi subconsciente a niveles no icónicos. Al fin y al cabo, un individuo es un receptáculo en el que se almacenan impresiones, sensaciones, miedos, visiones, sueños, experiencias, lecturas… su vida misma, filtrada y tamizada inconscientemente por su particular manera de ser y sentir. Todo ese bagaje existencial que ha tenido presencia viva en algún momento se queda en suspenso, larvado, a la espera de tener la oportunidad de venir a la luz activado por un estado de ánimo o por un hecho fortuito. Es el caso de esta imagen y las de los dos próximos días. Camus presenta el mito de Sísifo como metáfora del esfuerzo inútil e incesante del hombre. Sin embargo, Sísifo, como este esforzado hombre que avanza con su pesada carga, al hacer lo que hace, está expresando, luego viviendo, el sentido de su propia existencia. Repite el absurdo en una ceremonia cíclica pero vital, necesaria, y puede que hasta feliz…
10 FEBRERO 2019
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