PEQUEÑO VIAJE A LAS TIERRAS DEL INCA
Capítulo seis: Potosí (Bolivia),
trece de febrero, miércoles
VIII
“A veces no es seguro el trabajo en la mina. Ocurren accidentes. Los mineros trabajan con la muerte. Hasta los 35 años puedes trabajar, a partir de ahí te entra el mal de mina. Hasta los pulmones te entra esa polvareda. Gas también hay adentro. Un ratito respirando y se muere la gente”. Hilda Porco, vigilante de minas (Fuente: reportaje de Mingo Venero)
Antes de llegar a la zona cercana a la salida nos mostró, en un entrante perpendicular, angosto y completamente a oscuras, una talla que se asemejaba a un demonio, el famoso Tío al que los mineros hacen ofrendas (hojas de coca, cigarrillos, alcohol puro y cualquiera de los objetos que son importantes para ellos) para que les proteja. Cualquier actividad humana necesita de mitos, creencias y leyendas, literatura a fin de cuentas, para poder soportarla. Poco antes de salir, en la antesala del túnel, nos cruzamos con dos mineros que entraban a trabajar…
COROLARIO: No podía entender, imposible, no estaba a mi alcance, que alguien pudiera permanecer en ese mundo de asfixiante oscuridad y de incertidumbre más allá de los minutos que habíamos estado nosotros. Yo no sería capaz de hacer ni un solo minuto el durísimo trabajo que esos hombres realizan durante horas al día, y meses, y años. Por fin salimos, yo en pleno ataque de pánico…