8 JULIO 2019

DIGRESIÓN SEIS (y 3). El desguace de las musas, de La Zaranda. Autor: Eusebio Calonge. Dirección: Paco de La Zaranda. Iluminación: Peggy Bruzual. Vestuario: Encarnación Sancho. Intérpretes: Gabino Diego, Inma Barrionuevo, María Ángeles Pérez-Muñoz, Gaspar Campuzano, Francisco Sánchez y Enrique Bustos. Teatro Español, Madrid, ocho de junio. El cómo consiguen crear varias obras, o mejor dicho, espectáculos, en una misma representación es una brillante característica de su trabajo. Ellos y los objetos que manejan se mueven en una especie de plano secuencia pleno de plasticidad apoyados en una iluminación que siempre resalta y matiza texturas y situaciones. Escenifican un itinerario iniciático hacia una vertiente de la verdad, dicha, representada, escenificada, materializada y, finalmente, entregada en una especie de ofrenda, primero a ellos mismos, luego a nosotros, los espectadores y, tal vez y sobre todo, al hecho teatral. “Nuestra incapacidad para comunicar un lenguaje que escapa a la palabra, algo que intuimos y no sabemos que es, y que es la esencia de lo verdaderamente teatral, hace que establezcamos una lucha con la materialidad de la obra: el texto, el cuerpo, los objetos, las medidas del espacio y el tiempo, en el que buscamos un eje emocional que abra en lo físico una dimensión de profundidad. La que nos lleva de la estética a la poética”. Eusebio Calonge. Podría escribir más largo sobre esta obra, como siempre me pasa con La Zaranda, y probablemente encontraría matices nuevos, pero esa licencia se escaparía al formato de este diario (reseñar mis hechos, nada más, para no morir tan pronto). No obstante y por último, me gustaría resaltar su imaginativa y transcendente gestualidad y el trasfondo de sutil sentido del humor que impregna toda la representación. Pero cuidado, nada es sencillo con La Zaranda y Calonge: “…Cuando el humor no nace del dolor, está más próximo al mundo del espectáculo, del show bussines que al de la propia comedia…”. De cualquier modo, en la obra, ríes y ríes en muchos momentos: El personaje de Gabino Diego (Melvin Kentuki) dice seria y desoladamente: ¿Qué elegimos, lo viejo o lo de siempre? Sí quiero matizar que hay una sensible diferencia de nivel entre las interpretaciones de los miembros de La Zaranda y los actores invitados; a favor de los del grupo, naturalmente. Pero eso es perfectamente entendible, me parece. Por último, sigo sin poder responderme a la pregunta que me hacía anteayer: el por qué saludaron al público de culo. Quizá fuera un guiño, un improbable mensaje o, tan solo, una irónica alegoría.