18 AGOSTO 2019

DIECINUEVE DE JUNIO (miércoles): campo y campo VII. De ahí, salimos a una carretera comarcal y seguimos hacia el pueblo más cercano: Villasequilla de Yepes. No paramos. Continuamos hasta Huerta de Valdecarábanos. No paramos. Giramos a la derecha y avanzamos en dirección a Mora de Toledo. Diez kilómetros más adelante, al lado de la carretera, paramos en una finca donde se encuentran las ruinas de una bodega y los restos de unas instalaciones que debían servir para algún tipo de fabricación industrial (hay una alta chimenea de ladrillo); recorrimos las ruinas para comprobar cómo se habían desmoronado techumbres y edificios (hace unos años fotografié allí). A las diez de la mañana el calor empezaba a resultar fastidioso. Decidí continuar viaje por caminos que se adentraban entre campos de trigo, viñas y olivares. Muy cuidado todo: cultivos, caminos y construcciones de las fincas por las que íbamos pasando. Nadie nos impidió el paso y la elección de la dirección a tomar en las muchas encrucijadas con las que nos íbamos encontrando era azarosa, caprichosa más bien. Charlie, sentado en el asiento delantero, no se perdía detalle…