VIAJE A MÉXICO, Julio 2019
México DF:
sábado trece, por la tarde. Un poco de bronca amenizó nuestras impecables maneras turísticas II.
En el colmo del absurdo, la camarera le dijo a Naty que fuera a hablar con la encargada, a lo que Naty contestó que de ningún modo, que tendría que ser al revés.
Vino una mujer joven, opulenta y de baja estatura, que volvió a decir lo mismo que la anterior.
Naty se reafirmó con contundencia: –queremos la lista de precios-.
No la trajeron, claro.
La encargada alegó que lo que habíamos tomado no estaba en la carta.
Naty exigió factura y pagar con tarjeta. A ambas cosas se negaba.
Era el momento de largarse sin pagar, pero no controlábamos el entorno y las posibles consecuencias, así que decidimos allanarnos a cambio de pagar con tarjeta y una rebaja de doscientos pesos. Tampoco somos héroes.
Volvimos al hotel, dejamos la impedimenta y decidimos salir a dar un paseo y a comprarnos algo de ropa ya que en algunos momentos del día pasamos frío.
Como al parecer habíamos irritado a los malos espíritus, volvimos a tener contratiempos: las tarjetas decidieron no funcionar a pesar de varios intentos.
Tuvimos que pagar en efectivo pero, eso sí, el Banco imputó los intentos. Se nos avecinaban engorrosos trámites de devolución.
Volvimos al hotel, cenamos y nos acostamos.
Gran cansancio.
Tuve la impresión de que este viaje nos extenuaría.
Seguiré con esta crónica el año que viene…