8 FEBRERO 2020

© 2019 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2019
Localizacion
Toledo (España)
Soporte de imagen
-DIGITAL-
Fecha de diario
2020-02-08
Referencia
9782

DIGRESIÓN UNA. Copenhague, de Michael Frayn. Dirección y adaptación: Claudio Tolcachir. Intérpretes: Emilio Gutiérrez Caba, Carlos Hipólito y Malena Gutiérrez. Teatro de Rojas, Toledo, quince de noviembre. En Toledo tenemos un magnífico teatro del siglo XIX; una maravilla de espacio de representación al que yo empecé a ir en mi infancia casi, a ver cine. Después de dos oportunas y necesarias reformas, a finales del siglo XX, ha quedado espléndido; sí, pero a mí no me gusta ir a este teatro, y nunca voy, salvo que la obra sea de sumo interés, como es el caso. Por qué no me gusta, porque la memoria me zarandea y golpea sin piedad y mi tono vital baja a niveles de postración y atonía; a una flojera y apatía en el ánimo que me dificulta seriamente mantener cualquier actividad por mínima y convencional que sea. Después de salir de la única sesión que la compañía ofreció en la ciudad (la inquietud teatral del lugar no da para más), cenamos, muy mal, en un restaurante de un cierto tono (estaba lleno) y llegué a la conclusión, una vez más, que lo mejor que puedo hacer en esta ciudad es no salir de mi casa por nada del mundo. Bueno, se supone que ahora toca hablar del espléndido montaje y versión que hace Tolcachir, uno de los hombres de teatro preferidos para mí (todo lo que he visto suyo me ha encantado), de esta obra. Los protagonistas celebran y recrean un encuentro, después de muertos, para intentar aclarar malentendidos y poder darse un postrero abrazo que les permita descansar en paz para siempre. El planteamiento no puede ser más sugestivo e interesante. Y lo fue, ya lo creo. Se conocieron veinte años atrás y colaboraron en diversos proyectos de física teórica (cuántica). Todo eso puede parecer normal entre científicos, salvo que pertenecen a países enfrentados bélicamente y ambos están capacitados científicamente para desarrollar bombas atómicas. El encuentro en Copenhague, 1941, entre Niels Bohr (bloque aliado) y Werner Heisenberg (Alemania) los sitúa ante el dilema moral de desarrollar y proyectar sus inmensos conocimientos para fines bélicos. Ambos, con la ayuda de la mujer de Bhor, Margrethe, que ayuda a traducir los conceptos y retórica científica a términos entendibles, nos remiten al dilema moral sobre el empleo o no de la ciencia para la utilización de armas de destrucción masiva. Dice Tolcachir en el programa de mano: “Un desafío mayúsculo y excitante. …Hay tantos misterios por resolver. Tan pocas certezas y tanto deseo que el milagro secreto del descubrimiento aparezca una y otra vez frente a nosotros. En esto reconozco un parentesco enfermizo con los científicos…”. Claro, por eso de la incansable necesidad de enfrentarnos a dilemas y a creaciones, sea en el soporte que sea, que nos acerquen al mayor misterio para el género humano, que no es otro que encontrar sentido al hecho de vivir durante un destello de flash en el tiempo. Esta maravillosa obra lo hace con un excelente montaje y un texto muy bien dicho teatralmente gracias a unos actores excelentes. A mis paisanos les gustó mucho la obra. A nosotros también.

Pepe Fuentes ·