CRONICA DE UN DÍA FELIZ (ya era peligroso) EN DIEZ CAPÍTULOS
Veintinueve de Febrero de Dos mil veinte (8)
“Lo que mantiene erguido a este tipo de arte es el discurso, el concepto, la palabra y sobre todo la cháchara. De ahí la creciente obsesión de los artistas por nutrirse de teorías y la razón por la cual las facultades de artes han reemplazado progresivamente los talleres de pintura y escultura por los seminarios de los teóricos”. Carlos Granés
No fui a la Feria para constatar y traer a primer plano las incontrovertibles reglas culturales y los equilibrios y fundamentos socioeconómicos. No, eso me importa bastante poco porque ni compro ni vendo.
Tampoco siento un especial interés en constatar la devaluación y degradación de la cultura como exponente de la elevación y significación del espíritu humano y de uno de sus exponentes tradicionales -las artes plásticas-.
No, mi único y muy probablemente frívolo interés radicaba, únicamente, en realizar fotografías y pasarlo estupendamente con las ocurrencias de los artistas.
Y después, contar la experiencia porque lo que más me divierte es escribir sobre lo que no sé.