VIAJE A MÉXICO, Julio 2019
Oaxaca:
miércoles diecisiete, por la tarde
Teníamos al menos dos objetivos principales además de pasear por el centro histórico: volver al Museo de las Culturas y hacer un recorrido en el autobús turístico por la ciudad.
Primero, el Museo, un espléndido edificio que fue convento.
Fotografié con la cámara pequeña: expuse a 3.200 Asas, dada la frustrante falta de luz natural.
Fue un inmenso placer recorrer nuevamente el gran edificio y los claustros superiores. Además, el contenido de las distintas salas sobre la historia de México era valioso. Muy didáctico e interesante.
El recorrido en autobús turístico no tuvo ninguna significación en especial, salvo porque la guía era una mujer joven con habilidades discursivas indudables.
A la caída de la tarde, cuando todo el mundo nos acercábamos al Zócalo (excepto un niño que ya volvía), una chica se acercó a mí y me pidió fotografiar mi vieja cámara grande porque, al parecer, siempre había querido tener una Mamiya.
Le dije que sí, naturalmente, y que ahora era muy fácil conseguirla porque había una gran oferta de segunda mano. No me hizo mucho caso porque ya debía tener el deseo caducado, supongo…