VIAJE A MÉXICO, Julio 2019
San Cristóbal de las Casas:
viernes diecinueve, a mediodía y por la tarde
Nos encontramos con una ciudad encajonada entre montañas.
Calles rectilíneas, no muy anchas y regulares, con edificios de una o dos plantas, tres a lo sumo.
Las fachadas, de colores, como venía sucediendo en todas las ciudades que estábamos visitando. Predominaba el azul, el albero con distintas intensidades, el ocre con varios matices e incluso el verde. Apenas blancos.
Todas las calles peatonales en torno al Zócalo y la catedral estaban abarrotadas de gente.
Proliferaban los bares, restaurantes, y tiendas de artesanía y confección. En eso nos diferenciamos poco con los mexicanos. Las aceras, ocupadas por artesanos y vendedores que extendían sus productos sobre plásticos.
Después de comer, mal, por cuenta de la agencia, volvimos a la habitación del hotel. Dormimos una siesta de hora y media (estábamos rotos de cansancio después de la espantosa experiencia del dichoso autobús nocturno).
A las cinco salimos a dar un paseo y volvimos a constatar que la ciudad bullía de gente en las calles. No sabíamos si tan solo era gente de la ciudad o turismo interior. Extranjeros muy pocos.
Apenas fotografié en San Cristóbal, a veces ves fotografías que están situadas un poco más allá del más acá pero diversas circunstancias no las hacen posibles.
Todo seguía yendo bien…