Crónica de la Gestación de una Radical Mutación en Mi Vida, o como la Gama de Grises se Metamorfosea en Rabioso Tecnicolor (I)
No, no es que de pronto me haya enamorado de nuevo (no, porque ya lo estoy desde hace mucho tiempo); tampoco que haya heredado una inmensa fortuna (imposible); o que me haya invadido un arrebatador síndrome primaveral. No, nada de eso. Ha sido algo más plausible y cercano, aunque altamente improbable que ocurriera hasta hace nada.
Me levanté una mañana como si nada, como si no estuviera seriamente dañado por la monotonía y, de pronto, una milagrosa anunciación: una voz susurrante y persuasiva (sin haz de luz ni nada, tan solo la que entraba por la ventana), me dijo que debía cambiar algo para neutralizar y superar un creciente aburrimiento vivencial. También fotográfico.
Pero, no me dijo qué ni cómo. Mi entorpecido horizonte se oscurecía lenta e imparablemente desde hacía tiempo, mientras yo permanecía atenazado por la impotencia.
Qué podía hacer? La voz no me dio instrucciones, dándome a entender que el dichoso y engorroso designio o camino propio lo debe encontrar cada uno por su cuenta.
–Vaya, entonces, a qué vino la enigmática y prometedora anunciación si no me solucionó nada? -me dije-.
Como no se me ocurría qué hacer, me olvidé resignadamente de mi malestar, de la voz y de mi mundo gris oscuro, casi negro, y decidí seguir como siempre.
Un tiempo después (no sé cuánto, creo que bastante), se me ocurrió una fotografía a partir de unas patas de gallina que compré en Mercadona.
La imagen fue cambiando sola e imperceptiblemente en mi aburrida cabeza: desde una única foto hiperrealista y directa, hasta expandirse a un cuadríptico de copias grandes con distintos tonos de gris conjugados con diferentes colores de las superficies sobre las que estarían colocadas las patas.
Claro, en soporte analógico y monocromático la realización pasaría por pintar, tanto las patas como la superficie donde las colocaría, de distintos colores.
Terriblemente complicado y laborioso todo, necesitaría varios días de manualidades, concentración en la realización de la toma y, sobre todo, mucha suerte…
Foto 1: Deconstrucción de una escalera por la combinación degradante del tiempo y las termitas (como si de una analogía metafórica sobre el soporte fotográfico analógico se tratara)
3 MAYO 2020
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