3 JULIO 2020

© 2020 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2020
Localizacion
TV. Película El nadador, de Frank Perry
Soporte de imagen
-DIGITAL 12.800
Fecha de diario
2020-07-03
Referencia
7902

DIGRESIÓN DOS. The Swimmer (El nadador). EE.UU (1968). Guion: Eleanor Perry (historia de John Cheever). Dirección: Frank Perry. Intérpretes: Burt Lancaster, Janice Rule, Janet Landgard, Tony Bickley, Marge Champion, Bill Fiore, Kim Hunter, Nancy Cushman.
Ned Merrill, el protagonista absoluto (toda la película en bañador), vive en un condado residencial de propietarios de casas con piscina. Tiene una idea repentina y original: cruzar una línea, más o menos imaginaria, desde un punto alejado hasta su casa, visitando y nadando en todas las piscinas de gentes conocidas, unos amigos y otros no tanto. Lancaster, como actor, entre otros, tenía un talento especial y era su sonrisa, iluminaba su cara y aún le quedaba intensidad para iluminar el escenario donde se encontrara y a las personas que le rodearan. Las primeras imágenes, primeros planos de un Lancaster estupefacto ante la brillantez de la luz y el intenso azul del cielo, como si acabara de nacer, ya nos sitúa ante un hombre en conflicto, o más bien en descomposición. Su periplo por jardines, piscinas y fiestas, todo, absolutamente ajeno a él en ese momento de su vida, es un descenso a los infiernos, con la mejor y más impostada de las sonrisas. Ned, por la edad que aparenta y por las experiencias vitales que se vislumbran en lo que se cuenta y no se cuenta sobre él, acaba de cruzar esa hipotética línea donde lo vivido pesa más que lo por vivir. Habita en la nube de un pasado conflictivo, en parte imaginario, en parte idealizado, y en parte tormentoso y oscuro. Ned, a lo largo de toda esta sorprendente e intensa historia, lo que hace es sonreír, sufrir, e intentar olvidar recordando. Quizá también perdonarse. Gran asunto el de la auto indulgencia. El origen de la historia se encuentra en Cheever (uno de mis eternos autores pendientes), lo que contribuye a que Frank Perry nos muestre a una clase media alta americana (los dueños de las residencias con piscina), de los años sesenta, que resulta sumamente interesante. Este director no fue uno de los grandes; pertenece, por derecho propio, a la inmensa legión de los olvidados. Pero con esta película acarició el olimpo del que se fue alejando a lo largo de los casi treinta años que transcurrieron hasta su muerte, en mil novecientos noventa y cinco. Originalísima, espléndida e intensamente contada historia. Para mí, sin duda, una película de culto.

Pepe Fuentes ·