24 JULIO 2020

DIGRESION ONCE. L’Effondrement (El colapso). Francia (2019). Serie TV (ocho capítulos de veinte minutos). Guion y dirección: Jérémy Bernard, Guillaume Desjardins y Bastien Ughetto. Intérpretes: Bellamine Abdelmalek, Lubna Azabal, Lola Burbail, Thibault de Montalembert, Audrey Fleurot, Samir Guesmi, Claire Guillon, Caroline Piette, Philippe Rebbot, Pierre Rousselet, Bastien Ughetto.
Ocho capítulos Ocho. Cortos. Perfectos casi todos (tan solo el siete baja un poco, por artificioso). Escalofriantes algunos por su verismo y tensión dramática, por ejemplo los titulados La residencia (foto de hoy) o La gasolinera; todos intensos: de altísimo nivel cinematográfico, ritmo narrativo, e interés temático. Oportuna emisión dada la coyuntura que estamos viviendo (quién podría decir, tan solo hace seis meses, que nos veríamos abocados a una crisis social mundial). El colapso viene a ponernos delante, brutalmente, cómo sería realmente la lucha por la supervivencia, mordiéndonos unos a otros, como animales salvajes, por un trozo de pan. Sí, ya sabemos de la naturaleza humana pero ver las situaciones creíbles que presenta la serie, espanta. Podemos soportar que nos lo cuenten porque lo sentiremos como una lejana probabilidad, irreal siempre, pero resulta que lo que sucede en la residencia de ancianos (abandono a su suerte de todos ellos), al parecer ha ocurrido en nuestro entorno hace tan solo tres meses o menos. Así serían las cosas en caso de quiebra total del statu quo. No es difícil imaginarlo a partir de la perspectiva de la sabida y pavorosa fragilidad del ser humano. Puede suceder, indudablemente, y a corto plazo (no mucho más allá de cincuenta años), si la población sigue aumentando incesantemente. Las perspectivas son preocupantes, porque el planeta, o mejor dicho, la raza humana que lo habita, acabará con los recursos y colapsará hasta su más que posible extinción. Ese es el mensaje que subyace a lo largo de toda la serie, o al menos es el que yo leí. Dinámica, plena de intriga y dramatismo, bien contada y muy bien interpretada. Superior, mucho más allá de tanta bazofia como abunda en el mundo de las series, la mayoría de ellas absolutamente prescindibles.