DIARIO DE REVELADO (digital) TRES, del veintitrés de Julio de dos mil veinte (jueves)
A duras penas, he tapado algunos vacíos con este asuntillo de mi New Age fotográfica. También, cuento con el cine y las series que veo en televisión, y no con libros porque ahora no leo apenas. Desde que me inventé el truco de fotografiar las pelis y series que veo por placer e interés, voy algo mejor con los contenidos, sin demasiada mala conciencia porque, al fin y al cabo, este diario es una crónica de las cosas que hago. En fin, como tengo algo de margen para dedicarme a mi nueva manía, intentaré escribir sobre los revelados digitales, aunque no sepa conceptuarlo técnicamente ya que tan solo actúo atolondradamente, por puro instinto (no es lo peor). Mi secuencia de trabajo con los archivos analógicos (todavía no tengo material de toma digital porque no fotografío): dado que son muy pesados (más de 500 Mb en 120), primero los trato en cuestiones básicas con Photoshop, los guardo y exporto; de ahí a Lightroom, donde aplico algún estilo o ajuste, paso interesante de muchas y variadas opciones en las que me suelo liar bastante; a continuación, exporto las imágenes tratadas a Capture One, donde puedo aplicar un estilo que se mezcle con el que lleva a cuestas la fotografía y cambie a un resultado diferente, suma de los dos anteriores, o sólo aplicar ajustes, que también modifican el resultado final. Sí, algo así como A más B, igual a C. Pero claro, las posibilidades, sin ser infinitas, son interminables, complejas e intrincadas. Mucho más allá de a lo que yo estaba acostumbrado con el esquematismo del blanco y negro puro y, a lo sumo, virajes, que siempre me han gustado tanto…
30 JULIO 2020
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