DIARIO DE REVELADO (digital) VEINTITRES, del veintiocho de octubre de dos mil veinte (miércoles).
Ahora no sabemos qué pasará con la multiplicación ad infinitum del manejo y tratamiento de imágenes y la tentación del empleo de recursos, en muchos casos artificiosos, así como la proliferación abrumadora de canales de difusión que hacen que se publiquen millones de imágenes diarias (redes sociales). Creo que la fotografía puede morir de éxito: pasar de un lenguaje expresivo reconocido a ser tan solo una mera y simple prolongación de tecnología ad hoc aplicada, sin alma propia.
Hablando de redes sociales, Instagram por ejemplo, donde cada día publico la imagen de este diario fotográfico: observo que hay miles de fotografías complejas y muy bien concebidas y tratadas. Creo que la oferta fotográfica actual, comparada con la que se podía ver hace no muchos años, ha aumentado exponencial y espectacularmente. El mundo fotográfico ya es otro, más vasto y complejo.
La fotografía (de la serie de animales en la India): En el cuarto oscuro de revelado analógico manejaba un abanico de opciones limitadas: marca de papel, revelador, acabado final (virajes), tamaño y el filtro de contraste más conveniente. A partir de esas elecciones, que podía mantener estables en varias sesiones de trabajo, realizaba la copia y terminaba el proceso. La imagen se mantenía inalterada en el tiempo (obra terminada). Sin embargo, en el revelado digital las opciones son múltiples. No solo las variantes me generan dudas sino que, como el proceso de cambiar parámetros y tonos puede ser rápido y fácil, dependiendo del día y del estado de ánimo me apetece probar otro efecto y así hasta el absurdo, porque, a fin de cuentas, la imagen sigue siendo la misma. Sin embargo, la foto de hoy no me ha ofrecido ninguna duda: los tonos adecuados son los que tiene, y no otros.
8 NOVIEMBRE 2020
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