DIARIO DE REVELADO (digital) VEINTICUATRO, del veintinueve de octubre de dos mil veinte (jueves).
Probablemente, para arbitrar una cierta articulación y rangos de prevalencia en la creación abrumadora de imágenes, haya que recurrir a lenguajes expresivos de apoyo, por ejemplo: poesía, filosofía, literatura, antropología, artes adivinatorias, o a cualquier otro recurso que singularice y potencie la trascendencia de la realización fotográfica. El interrogante sería: qué predominaría sobre qué? Ya hace años (Babelia 2010), Joan Fontcuberta decía: “El acto de creación más genuino consiste en asignar sentido a las imágenes existentes”. Desde entonces, la crisis de identidad de la fotografía se ha expandido vertiginosamente: la proliferación de imágenes es una pandemia que podría resultar inmanejable, sin antídotos posibles. La fotografía puede mutar en un fenómeno autodestructivo como lenguaje expresivo, salvo para uso industrial, soporte y antídoto de autoestimas solitarias pero animosas (Facebook), o como juego recreativo de entretenimiento de masas (Instagram y alguna otra). Para intentar delimitar el hecho creativo habrá que poner puertas al campo, si eso es posible. Quizá, los autores con pretensiones “artísticas” tendrán que dotar de contenido conceptual a su obra, o saber escribir fino…
La fotografía (de las series de animales en la India): Perro en Jodhpur. “…Yo, como los perros, siento la necesidad de infinito… ¡Y no puedo, no puedo satisfacer esa necesidad! Soy el hijo del hombre y de la mujer, según me han dicho. Me extraña… ¡Creía ser más! …» Isidore Ducasse, Conde de Lautréamont
9 NOVIEMBRE 2020
© 2017 pepe fuentes