DIARIO de las otras COSAS 17
Jueves, cuatro de febrero de dos mil veintiuno.
Ahora creo que, detrás de esa conjura diferida, solo pudieron estar los nacionalistas-independentistas, aparte de intereses de poder con nombres y apellidos (sería prolijo pasar lista, por eso no lo haré). Lo que afirmo puede que sea una especulación de un indocumentado como yo, pero lo cierto es que se ha venido demostrando incesantemente desde entonces la eficacia de la mórbida y retorcida estrategia. Han ido cumpliendo, pacientemente, seguros de su éxito final, los plazos de la diabólica conjura al más puro estilo pujolesco. No nos queda otra que reconocerles una inteligencia estratégica muy superior a los que siempre hemos estado en una idea unitaria de España. Han vencido en todos los frentes gracias, sobre todo, a un pobrísimo patrimonio ético y una grandísima vanidad y codicia por el poder de los políticos que nos han mal gobernado en las últimas décadas. Una vez reconocida la derrota por lógico e inevitable aplastamiento (la consecuencia de las autonomías es la independencia, y en eso, estúpidamente, estuvimos todos de acuerdo) ahora solo nos queda planificar la posguerra de una guerra que hemos perdido. Por fin vamos a refutar a Otto von Bismark: “Estoy firmemente convencido de que España es el país más fuerte del mundo. Lleva siglos queriendo destruirse a sí misma y todavía no lo ha conseguido”…
La fotografía: Una cabeza de cerdo muerto que no llegué a comerme y que enmarqué para utilizarla como metáfora premonitoria.
13 FEBRERO 2021
© 2012 pepe fuentes