DIARIO de las otras COSAS 19
Sábado, seis de febrero de dos mil veintiuno.
Como escribí ayer, creo que no hay solución pero no me parece honesto entregarme a sensaciones e ideas nihilistas, suicidas, sin al menos aventurar una posible alternativa. Partiré de la idea de la segregación de territorios (no tiene marcha atrás) que tan solo podremos retrasar con mucho deshonor, humillación y vergüenza. Esa peregrina idea de políticos oportunistas, lo de -nación de naciones o confederación de repúblicas autónomas-, es una idiotez propia de iletrados y tontos integrales, que ni siquiera se han tomado la molestia de leer sobre las perversas consecuencias del cantonalismo en el siglo XIX. Llegados a esta funesta perspectiva de futuro, y para salvar los muebles, los que aún tenemos la idea de la subsistencia de España, dada la constatación palmaria de la deslealtad de los gobernantes deberíamos mantenerlos en el poder, hasta que por fin propicien referéndums decisorios que supongan que todas esas gentes se vayan de una puñetera vez (no lo sentiré porque no me pueden caer peor). Eso, al menos, podría permitirnos, a los que quedemos, crear un estado coherente política y culturalmente, y así salvar lo que siempre ha sido y ya no es. Otra solución no veo. Tendremos que liquidar la constitución del setenta y ocho y redactar otra (corrigiendo errores, claro). Lo de monarquía sí o no, ahora es irrelevante, sobre todo por la triste y lamentable experiencia con el anterior Rey Demérito. Cuando escribo estas disquisiciones, creo infinitamente menos que hace unos años en la naturaleza, lucidez y sensatez de todos nosotros, por lo que solo cabe optar por las soluciones menos malas, aunque sean chapuceras, un desesperado “sálvese quien pueda”.
La fotografía: De fuerte significación alegórica, nada complaciente ni esperanzadora; realizada en una cueva de paredes enlucidas, un pájaro negro muerto, como metáfora agravada de lo que sucede a nuestro alrededor. En ese lugar, una garrapata se parasitó en mi cuello, de lo que no fui consciente hasta que volví a mi casa y la descubrí con asco y pavor. Son los riesgos, a veces, de fotografiar metáforas.
15 FEBRERO 2021
© 2016 pepe fuentes