DICCIONARIO DEL TONTO
TIEMPO: “Magnitud física que permite ordenar la secuencia de los sucesos, estableciendo un pasado, un presente y un futuro, y cuya unidad en el sistema internacional es el segundo”. RAE
Física: “Tiempo que, según la teoría de la relatividad especial de Einstein, depende de la situación y movimiento del observador”. RAE
Dos de las más de cincuenta o sesenta definiciones que aporta la Academia. Por mi parte, dado que siempre ha sido un motivo de altísimo interés para mí (me he pasado la vida pensando y sintiendo el paso del tiempo), tengo cerca de doscientas citas. Probablemente habrá decenas de miles de libros y de poesías que traten el asunto ya que, al fin y al cabo, somos tiempo y poco más.
En este momento de mi vida, el tiempo, por fin, ha empezado a dejar de preocuparme.
No puedo enunciar ni una sola idea propia a propósito de semejante y descomunal fenómeno, tan lejos de la posibilidad de comprensión y raciocinio humano. Sin embargo, afortunadamente, es una maravillosa fuente de motivación filosófica, creativa, artística, literaria, y hasta fotográfica.
Ahora es el momento en el que tendría que aportar, al menos, una sensación motivada por la percepción del paso del tiempo sobre mi alma y mi cuerpo: quizá, tan solo decir que, –el dolor remite y la risa aumenta-.
Al empezar a escribir me he dicho que hoy no incluiría ninguna cita, pero es difícil resistirse a la tentación de arroparme con toneladas de lucidez; en mi almacén de citas tengo un gran armario reservado a Antonio Porchia, uno de los autores más inteligentes y brillantes que he tenido ocasión de leer, así que no una, sino dos:
“El hombre lo juzga todo desde el minuto presente, sin comprender que sólo juzga un minuto: el minuto presente”.
“Mis obstáculos no los he salvado yo; los ha salvado el tiempo”.
Poco más se puede decir que resulte más contundente y definitivo de lo que supone el paso del tiempo en la vida de los seres humanos. En mi caso, al hilo de la segunda cita de Porchia, diré que es precisamente el propio paso del tiempo el que me salva de sus tiránicas garras.
La Fotografía: Probablemente tengo más de mil imágenes que aluden, directa o indirectamente, al paso del tiempo (ha sido siempre mi gran tema). Pero no conviene liarse con esto porque, en realidad, cualquiera puede pulsar el disparador de una cámara (todo el mundo lo hace constantemente) y ya está proponiendo un tratado sobre el tiempo: la fotografía es, por encima de cualquier otra consideración: Tiempo. Esta fotografía es mi última reflexión sobre este elusivo misterio.