LOS MICROVIAJES: Cuenca y la Ciudad Encantada (1)
Viernes, siete Mayo de dos mil veintiuno
A las nueve de la mañana nos pusimos en camino.
El día, amigable, luminoso y cálido.
Estábamos en torno a ciento ochenta kilómetros de distancia, pero prisa no teníamos. Llegamos a las diez y media.
Nos dirigimos hacia el lado Este ya que, por la mañana, el sol ilumina la panorámica más característica y bella de la ciudad: las célebres casas colgadas. También, algunos conventos incrustados entre moles de piedra.
Pretendíamos aparcar en la zona del Parador; no fue posible. Bajamos y volvimos a subir andando. Intentamos acceder a la ciudad desde el puente de San Pablo, colgado sobre las hoces del Huécar, donde Charlie sufrió de un tembloroso vértigo que le hacía avanzar casi reptando; tampoco fue posible por estar cerrada la salida del puente por obras. Volvimos sobre nuestros pasos, eso sí, después de fotografiar un poco. A lo lejos, la ciudad se mostraba esplendorosa e inspiradora…
La Fotografía: Desde que tuve la feliz idea de pasarme al soporte digital, dado que el analógico ya no me cundía en absoluto (de pronto e inexplicablemente para mí, comencé a ahogarme como pez fuera del agua), me siento muy aliviado y excitado fotográficamente porque al menos puedo eludir la dictadura de lo objetivo gracias a la New Age fotográfica (revelado). En esta panorámica he podido añadir mi propia percepción tonal. Las fotografías me gustan más así, si puedo intervenir en ellas de algún modo.
12 MAYO 2021
© 2021 pepe fuentes