8 JUNIO 2021

© 2006 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2006
Localizacion
Nueva York (EE.UU.)
Soporte de imagen
-35 MM. Kodak. High-Speed Infrared 100
Copiado máximo en soporte baritado
2
Fecha de diario
2021-06-08
Referencia
2109

UNA MALA NOCHE (y día). Sábado veintinueve de Mayo. Durante todo el día sufrí los más dolorosos momentos desde que empezó a golpearme el dichoso Zoster. Lo peor es que no veo solución y me imagino soportando terribles dolores para siempre. No, no soy optimista con este asunto (ni con ninguno).
Después de haber echado un vistazo a las críticas de la película Un efecto óptico (un matrimonio de Burgos que va y no va a Nueva York) de Juan Cavestany, todas abrumadoramente elogiosas, Naty y yo nos las prometíamos felices porque era la película que habíamos elegido para ver el sábado-noche.
Algunas de las referencias de los gurús cinematográficos:
«Delirante comedia de ciencia ficción sobre la realidad y su reverso onírico, surrealista y metafísico (…) magníficos Carmen Machi y Pepón Nieto».  Javier Ocaña.
«El resultado es un milagro extraño y, sin embargo, muy cercano (…) una de las más brillantes reflexiones sobre el cine contemplada en tiempo”. Luis Martínez
“La película más loca y libre del año es española (…) Una obra inclasificable, un bucle temporal divertido y rompedor”. Javier Zurro
Hay muchas más, todas de ese tenor. Acuerdo absoluto entre los críticos de que estamos ante una gran obra.
Pues bien, y siguiendo el hilo del último crítico reseñado: No, señor Zurro, ni es loca, ni es libre, ni es divertida, ni es nada de nada; tan solo es una de las películas (españolas) más desoladoramente aburrida que yo haya visto en mi puñetera vida.
Pretende ser original, enigmática, desconcertante e intelectualmente exquisita, sin llegar a nada de lo que intenta, ni de lejos. Por si fuera poco el tedio, la mismas situaciones se repiten varias veces con el matiz de que las mismas palabras, una vez las dice Pepón y otra Machi, en plan: desentraña el profundo sentido que tiene el desdoblamiento de la realidad que propongo, debió pensar Cabestany. ¿Y? No sé, ya me gustaría saber el sentido de esas anodinas recapitulaciones y descubrir los profundos arcanos que ofrece para el disfrute de avisados y almas artísticas; que no para mí, evidentemente.
Ese recurso pretendidamente vanguardista tan solo es soporífero, por previsible, y no parece llevar a ningún sitio en el que se pueda establecer el más mínimo guiño de entendimiento y complicidad. Solo cansa. Carente absolutamente de sutileza, misterio, emoción y de cualquier atisbo de belleza y con unos protagonistas (Pepón y Machi, ambos excelentes actores) que muestran en sus rostros un cansancio desprovisto del más mínimo atisbo de vida. Parecen tan aburridos como cualquier espectador desprevenido, como yo.
Que los críticos mencionen como referente a Luis Buñuel solo provoca estupor y enfado, por lo absurdo y desacertado de la referencia. Guion, dirección, actores y críticos (cuidado con las críticas a la hora de elegir una película) peor que mal. No sé por qué tanto consenso en torno a esta obra, tan decepcionante y anodina. Lo que jamás se puede perdonar a una creación, sea en el lenguaje o formato que sea, es que sea aburrida y esta lo es hasta el bostezo.
La Fotografía: La última  de Nueva York que me quedaba por publicar en este diario. A propósito de intentos fallidos: mi visita a Nueva York ahora la recuerdo como desoladoramente deslucida. Y la culpa no la tuvo la ciudad.

Pepe Fuentes ·