DIARIO DE REVELADO (New Age)
TREINTA Y UNO, del nueve de junio de dos mil veintiuno (miércoles).
…Lo malo o lo bueno de la vida de un ser humano, es que solemos quedarnos atrapados en las primeras vivencias o iluminaciones, algo así como el primer amor, que es indeleble (aunque a mí no me haya pasado con el amor, creo que sí con la fotografía). Más tarde, con el correr de los años, tan solo añadimos matices al flechazo inicial pero, básicamente, no cambiamos gran cosa.
El presente y el mundo sigue y sigue y se aleja cruelmente de nosotros. Llega un momento en el que nuestro corazón solo late en el pasado.
Yo, ahora, con la New Age, he intentado engañar al tiempo y a mí mismo. Pero este titánico empeño me está llenando de una cierta amargura porque sospecho que no puedo ser diferente ahora ya que al principio de todo fui otro, auténtico e indeleble (solo para iniciados). La alternativa sabia y sensata es parar pero sería como dejar de respirar y eso no puedo hacerlo.
Salvo los genios, todos los demás seremos desoladora y dramática sustancia evanescente.
Ahora sé que solo me podría salvar (reforzar el autoengaño) escribir y no tanto fotografiar, o al menos ambas cosas juntas, pero nunca solo una.
También pienso, después de tanto tiempo, que casi todos los fotógrafos con propósitos, o suman otro lenguaje a lo que hacen o caerán en la intranscendencia; pero eso ya no es asunto mío.
Ya veremos (o no) cómo acaba todo, aunque está bastante claro cómo será.
La Fotografía: Este tipo de imágenes son las que pergeñaba en mis inicios fotográficos, casi siempre ideadas automáticamente, sin mensaje literario, pero siempre con un velo de desaliento que era consustancial a mi modo de entender la fotografía y la vida. Ahora, cuarenta años después, las fotografías más propias, auténticas y apreciadas por mí, me siguen saliendo igual. Es la herida de las primeras vivencias, que perviven y marcan para siempre.
16 JUNIO 2021
© 1980 pepe fuentes