COLECCIÓN DE MISCELÁNEAS
COLECCIÓN DE MISCELÁNEAS
TRES: Sobre la verdad
La verdad existe. La verdad no existe. La verdad es poliédrica, inabarcable e incierta. Una y muchas verdades para cada uno y para ninguno. Yo solo me sé algunas, muy pocas, y ni siquiera estoy seguro del todo de ellas. Podría hablar de mi sentido de la libertad (una de mis grandes verdades a medias); del anhelo de vivir con honor y dignidad, sería otra; o la necesidad de la entereza y el afán constante por crecer, para mí mismo y para quien quiera compartir esa supuesta verdad conmigo. No obstante, no confió mucho en las afinidades de este orden (y de ninguno).
Aunque lo parezca, no soy un posmoderno absoluto, ni mucho menos; aunque me guste flirtear con esa a veces sanadora ambigüedad.
Una de mis verdades con la que he convivido largos años, confiada y sólidamente; ahora, precisamente ahora, está disolviéndose por las duras exigencias de la vida y el paso del tiempo.
“Contra las pasiones tristes de un amor descabellado, Lucrecio celebra una pasión serena: la de la pareja, la de la vieja pareja en la que el amor está construido sin Venus, o después de ella, más allá de ella, sin ella misma. Sabio, el filósofo afirma: «Por lo demás, el hábito engendra el amor». Perdidos como estamos en la ronda de los átomos, Lucrecio propone un clinamen para un nuevo mundo: el de una vida trágica liberada de la doble locura de la esperanza y la desesperanza”. Michel Onfray (Sabiduría)
La Fotografía: De artista, hace nueve años, cuando todavía creía; eso sí, remotamente, que la creación artística me era propicia. Luego dejé de creer, y ya está (no hay porque insistir en los autoengaños, eso es, simplemente, imbécil). Esa casi verdad de entonces (mi quimérica artisticidad) ahora sigue perviviendo en mí, pero desde la negación. El simbolismo de la imagen habla por sí solo. Me parece. Nada más hay que decir, por el momento.