10 SEPTIEMBRE 2021

© 2014 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2014
Localizacion
Victoriano, Toledo, (España)
Soporte de imagen
-120 MM- ILFORD PAN F 50
Soporte de copias
ILFORD MULTIGRADO BARITADO
Viraje
SELENIO
Tamaño
46,5 x 58,2 cm
Copiado máximo en soporte baritado
2
Año de copiado
2015
Fecha de diario
2021-09-10
Referencia
7447

LA MUERTE LLEGÓ y se llevó consigo a este hombre. Sucedió el treinta y uno de Agosto. Se llamaba Victoriano, tenía un año más que yo y, por lo que supe de él, era una excelente persona. Fue durante muchos años el marido de mi querida prima Marisa Fuentes. Los últimos cuatro años combatió con uñas y dientes un cáncer con muy malas intenciones que llegó para quedarse. Mis primos se aprestaron a combatirlo y lo hicieron con toda la fuerza de que fueron capaces, que fue mucha, asombrosa y digna del mayor encomio.
No se puede combatir tanto y con tanta determinación, soportar demasiadas operaciones, sesiones de quimioterapia y todo tipo de intervenciones en el cuerpo para mantener la vida si no se tienen ganas de vivir. Victoriano tenía esas ganas y Marisa, su mujer, de que él viviera.
He observado su lucha desde la distancia, a través de noticias que he ido recibiendo puntualmente de mi prima y me asombraba y asombraba  su inquebrantable presencia de ánimo y su infinita resistencia.
El año pasado, en Agosto, tuvimos la oportunidad de cenar en mi casa y Victoriano se mostró entero pero precavido, decía que se encontraba bien ese día, pero que al día siguiente podría ser distinto o peor. Cosas así las decía con sobriedad y una cierta y animosa resignación. Con mis primos, grandes amantes de la cultura y sobre todo del mundo antiguo, de Roma y su historia, era un placer hablar a partir de sus muchos conocimientos y de los muchos autores que habían leído y trabajado.
Victoriano, en 2010, a partir de las muchas conversaciones con mi tío, Clemencio Fuentes, relevante y singular cocinero del también afamado restaurante Jockey de Madrid, ya cerrado; escribió sus memorias. Le agradezco su cuidadoso trabajo, de calidad, para perpetuar hechos y personas de mi familia, como a mis abuelos, que sin su esfuerzo ya serían pasto de olvido.
No hemos tenido ocasión de relacionarnos mucho a lo largo del tiempo, pero siempre le he tenido en gran estima por su naturaleza discreta, atenta e ilustrada. Siento mucho su muerte y deseo que mi prima Marisa se restablezca de tantísimo esfuerzo y dolor como ha soportado.

Pepe Fuentes ·