18 OCTUBRE 2021

DIGRESIÓN TRES. Ceux qui travaillent (Those Who Work). Suiza (2018). Guion: Emmanuel Marre y Antoine Russbach. Dirección: Antoine Russbach. Intérpretes: Olivier Gourmet, Adéle Bochatay, Delphine Bibet, Lalia Bron, Christophe Deslesques, Simon Labarriére, Merlin Leuenberger, Diana Meierhans, Louka Minnella.
Un hombre de mediana edad, adusto, de graves y prolongados silencios, trabajó intensa y obsesivamente, hasta que le despidieron, en una empresa naval de transporte de mercancías. Programaba transportes, cargas, amarres y desamarres en puertos, tripulaciones, riesgos en los plazos de entrega de mercancías y otros de tan difícil y estresante profesión. Este hombre comete un error en la gestión y resolución de una trágica circunstancia sobrevenida. A partir de ahí, el personaje vive una desgarrada crisis de conciencia por la consecuencia de sus decisiones. Le despiden. Es él y sólo él el que ocupa el centro y la periferia de la lamentable historia. Invade e impregna toda la narración con su gesto hierático, contrariado, intenso y sin concesiones; al servicio de un guion que despliega las distintas posiciones y reacciones que adoptan los personajes secundarios, incluso la mujer del protagonista. Historia de orden moral y social, de principios, que, subsidiariamente, como telón de fondo, presenta determinadas valores y conductas hegemónicos del orden (o desorden) capitalista. Mercado libre y libre manejo de actuaciones siempre subordinadas a un valor absoluto: los resultados, los beneficios, caiga quien caiga. El mundo es así, incluso el de los impostores “izquierdistas”, hipócritas hasta el vómito y no ajenos a la dialéctica de la prevalencia de los resultados, siempre los beneficios, también ellos entregados al absoluto del -caiga quien caiga-.
Me ha gustado mucho esta película, pero no ya porque ponga en evidencia determinadas contradicciones del mundo actual, sino, sobre todo, por Emmanuel Marre, que tan solo colocándose delante de la cámara es capaz de mostrar todo ese mundo y hacerlo sobriamente, con una expresividad y profundidad que sobrecoge. Espléndida película, por contenida, sobria y verosímil.