11 DICIEMBRE 2021

© 2021 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2021
Localizacion
Toledo (España)
Soporte de imagen
-DIGITAL 12.800
Fecha de diario
2021-12-11
Referencia
3240

EL MAPA DE LOS DÍAS
97. Domingo (05 de diciembre de 2021)

Salí de mi casa en torno a las diez de la mañana. Llevaba la cámara, pero no a Charlie Brown (servidumbres de la civilizada custodia compartida).
Nada que hacer, nada que pensar, a ningún sitio dónde ir. Me acompañaban, como casi siempre, todos mis deseos incumplidos y como son muchos nos constituimos (mis recuerdos y yo) en un numeroso grupo de peregrinos contritos y titubeantes.
Enseguida llegamos al puente que cruza el río y allí coincidimos con una masa de turistas que habían llegado en el último tren a la ciudad, a turistear todo el día de iglesia en iglesia (abundantes por toda la ciudad).
Los turistas parecían contentos, generalmente en pequeños grupos (tipo familia compuesta por padres de mediana edad y los previsibles hijos, generalmente anodinos adolescentes). Paraban en medio del puente a fotografiarse haciendo gansadas y tontunas. También estaban los serios que se atusaban el gesto para aparecer guapos con construcciones de trescientos años o más al fondo. Luego, ineludiblemente, tantas engalanadas poses se perderán en la profusión de carpetas en los dispositivos, supongo ¡¡¡qué cansancio, por Dios!!! Siempre lo mismo.
Qué lástima de lenguaje, el fotográfico, tan prometedor hace tan solo unas décadas, atropellado y banalizado por la abrumadora modernidad tecnológica. Quizá era su destino: morir de éxito.
En compañía de Mis deseos incumplidos: dolorosos algunos, medio olvidados otros, y secundarios casi todos, avanzábamos despacio. Eludimos la marea dominguera y nos desviamos hacia la senda que bordea el río, pero por dentro del espacio donde se asienta la ciudad.
Así, despacito, llegamos a una iglesia que, durante años y años, toda la vida diría, la he visto cerrada.
La iglesia, desde siempre me ha intrigado y gustado mucho, por ser pequeña, compacta, de unas dimensiones bellas y armoniosas. Mudéjar desde el siglo XIII, antes fue mezquita musulmana, y mucho antes templo visigodo.
Mira por dónde, la mañana del domingo, inesperadamente, me asistió la suerte porque el austero templo tenía la gran puerta de acceso entreabierta. Ahuyenté a mis deseos incumplidos, pegados enfermizamente a mi espalda, diciéndoles que me dejaran en paz, porque tenía frente a mí un deseo largamente incumplido que por fin podría satisfacer.
Entré y quedé maravillado por la elegante sobriedad de las arcadas en dos filas paralelas que dividen el interior en tres espacios. Los techos de artesonado madera. El retablo, con tan solo dos imágenes carecía de elementos decorativos reseñables, lo que contribuía a la sencillez del conjunto.
Gran experiencia estética en una mañana de domingo de la que no esperaba nada.
Después, ascendí hasta el centro de la ciudad desviándome por todos los callejones que salían a mi paso, tanto a un lado como a otro de la calle por la que caminaba, siempre optaba por alternativas azarosas convirtiendo lo que se suponía principal en secundario. Es mi sino.
Cuando llegué a la plaza de la Catedral y hasta la de Zocodover, fui encontrándome a miles de domingueros (léase turistas) que hormigueaban por las calles del centro. Algunos de ellos serían los que cruzaron el puente al mismo tiempo que yo y mis deseos incumplidos. No nos saludamos. Nos desconocimos desdeñosamente.
La Fotografía: Interior de la Iglesia de las Carreras de San Sebastián, con pianista dentro. Permanecí solo en la iglesia durante bastante tiempo, acompañando al pianista, joven y talentoso (parecía) entregado vigorosamente a ensayar composiciones musicales que no supe identificar (por desgracia no tengo memoria musical). Me recreé despaciosamente con la belleza del templo, la música bellamente interpretada e íntimamente satisfecho por haber cumplido un deseo que venía de lejos: ver y disfrutar del interior de una iglesia siempre cerrada.

Pepe Fuentes ·