EL MAPA DE LOS DÍAS
100. Sábado (25 de diciembre de 2021)
Con este número redondo acabo este capítulo de diario. Ya no volveré a escribir bajo este título o propósito descriptivo.
En cuanto al diario en su conjunto, no sé qué hacer. Tengo seis días para decidir si lo sigo publicando o darlo por terminado el último día de año.
Lo que me apetece de un modo físico e inmediato es cerrar, concluir, pero aún no sé si es lo mejor para mí. Lo vengo diciendo, innumerables veces lo he dicho, el diario me vertebra el tiempo y la vida, pero ahora me importuna un poco.
Qué pasaría si me desasiera de ese anclaje: por fin volaría, o me daría un golpetazo del que, malherido, no me recuperara; o, si me restablezco, probablemente, quedaría seriamente disminuido. Hay que tener cuidado con las restas que se hacen a partir de un determinado momento de la vida, porque el menor resultado ya no se recupera nunca.
El no saberlo me hace dudar.
Quizá no deba dramatizar, porque, a fin de cuentas, si vives con menos, qué puede pasar, seguramente nada.
El no saberlo me hace dudar, otra vez.
La verdad es que empiezo a estar muy harto de la premura con la que tengo que rellenar los días de fotos y textos. Con las fotos, no hay problema, tengo más de tres mil que todavía no han sido publicadas; pero textos no tengo ni uno (éste es el último y para mañana no tengo y eso me agobia, no me hace feliz precisamente).
No se debe vivir con la esperanza de conseguir algo (publicar diariamente); sí, ya sé que, en este caso, no es una esperanza que dependa de otros (fuente segura de infelicidad), sino que depende de mí, luego tan solo tengo que sopesar mi capacidad y deseo, sobre todo eso, deseo de hacer. Pero, no lo sé.
El no saberlo me hace dudar, por tercera vez hoy.
Me han dicho que lo mejor que puedo hacer es rebajar la tensión y tan solo publicar intermitentemente, cuando tenga algo que decir, pero eso, aun siendo razonable, me temo que me abocaría a ir abandonando paulatina e incesantemente, y así hasta la nada. No sé. Quizá lo haga así, pero todavía no lo sé.
Ah, a lo hora de dilucidar, que no se me olvide lo que dijo Gustave Flaubert: “Cuando llegamos a viejos, los pequeños hábitos se vuelven grandes tiranías”, y yo nada quiero saber de esas cadenas.
Todavía tengo seis días por delante para decidirme.
Para empezar, este Mapa de los Días, lo sustituiría por otro al que llamaría: Diario de los días FELICES, INFELICES Y PLANOS, porque de este modo iría un paso más allá: de la mera descripción como hasta ahora, a incorporar el justo valor que ha tenido el día para mí. Mucho me temo que casi todos serán Planos; pocos los Felices; e Infelices apenas alguno. Para estos últimos ya no queda tiempo (ya lo tuvieron y se aprovecharon en demasía, me parece).
La Fotografía: Yo mismo dudando, con paisaje literario en la pared (siempre permanecerá junto a mí la maravillosa experiencia de la literatura). Aunque el hecho fotográfico sucedió hace cinco años y medio, es una perfecta e impremeditada representación de la duda, con carácter retroactivo, o, a fin de cuentas, del a veces oscilante discurrir del tiempo (atrás-adelante y ambos estadios interconectados).