DIGRESIÓN DOS. Moy laskovyy i nezhnyy zver (Accidente de caza), Unión Soviética (1978). Guion y dirección: Emil Loteanu (novela de Antón Chejov). Intérpretes: Galina Belyayeva, Oleg Yankovskiy, Kirill Lavrov, Leonid Markov, Svetlana Toma, Grigore Grigoriu, Vasili Simchich.
Película preciosista. No, no he leído la novela de Chejov (esta aclaración es innecesaria, pero bueno, para no olvidar que soy hombre de escasas lecturas). No obstante, sé que es la única novela del autor, y que mantiene las constantes de toda su obra: un fresco sutil lúcido y crítico, aunque siempre conmiserativo con las flaquezas y pequeñeces de la alta burguesía rusa de finales del XIX.
Según León Thoorens: “Sus análisis psicológicos se reducen siempre al mismo lema: la desgracia de los seres humanos es consecuencia de su cobardía ante ellos mismos… Cada existencia está fundamentada en la intimidad, y si algunas veces conserva su secreto es signo de grandeza y heroísmo”. En la mayoría de las ocasiones, sus personajes se mueven en espacios cerrados y endogámicos en los que cultivan aplicadamente sus miserias y siempre su distante elegancia. Esa característica queda patente en esta película, pero con un hilo narrativo que mantiene la intriga y, por encima de todo, una lujosa puesta en escena, recargada pero bellísima, sin duda. No perdí el tiempo eligiéndola porque gocé mucho de sus imágenes, aunque no conseguí involucrarme emocionalmente con la trama de la historia de Chejov, a pesar de que en su tiempo fuera innovadora.
11 ENERO 2022
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