DIARIO DE LAS PALABRAS
SÍMBOLO
IV
“Una vez abolidos nuestros símbolos por la lucidez, la vida es un amargo deambular entre templos abandonados”. E. Cioran
Suelo estar de acuerdo con Cioran en casi todo, y en esta ocasión también.
Me gustaría escribir un ensayo sobre las relaciones del simbolismo y fotografía, pero no estoy capacitado; aunque siempre he intuido y a veces, en mis mejores momentos, que objeto e imagen (fotografía), no tiene necesariamente el mismo plano de lectura. Lo malo, en mi caso, es que en demasiadas ocasiones no he sido capaz de escindir esa nefasta conjunción.
“Llamar árbol a la imagen de un árbol es un error «una confusión sobre la persona», puesto que la imagen de un árbol no es ciertamente un árbol. La imagen está separada de lo que muestra. Lo que se puede ver en una imagen pintada que nos apasiona, queda sin interés si lo que se ve en la imagen se encuentra en la realidad, y también a la inversa: lo que nos agrada en la realidad no es indiferente en la imagen de esa realidad agradable, si no confundimos real y surreal, y surreal con subrreal”. René Magritte
La Fotografía: Árbol de Tule, en el estado de Oaxaca, México. Es un ahuehuete con una circunferencia de copa de aproximadamente 58 metros y una altura de 42. El diámetro del tronco es de 14,05 metros; su volumen se calcula en unos 816,829 m³, con un peso de aproximadamente 636 toneladas… La leyenda zapoteca sostiene que fue plantado hace unos 1400 años por Pechocha, un sacerdote de Ehécatle, dios del viento”. Wikipedia.
“Los símbolos no definen a las cosas; las cosas definen a los símbolos. La fotografía no define al árbol; el árbol define a la fotografía”. Wynn Bullock
A mí, nada intelectual, nunca se me había ocurrido formular como lo hace Bullock (él si era un fotógrafo intelectual), la relación de lo simbólico con la fotografía. Pero al menos en el caso de ésta supe todo el tiempo que duró la sesión de toma que era así. En realidad, siempre lo he sabido, aunque sin palabras. Me encantó rodear el árbol, una y otra vez y fotografiarlo con ganas, asombrado y encantado. Positivé, en mi despedida definitiva de mi cuarto oscuro, varias espléndidas copias en 50*60 centímetros. No soy proclive a presumir de nada, pero si me siento tremendamente satisfecho y orgulloso de haber realizado esas últimas y maravillosas copias.