DIARIO DE REVELADO
TREINTA, del dos de febrero de dos mil veintidós.
No traigo al diario una entrada en este “apartado” desde hace exactamente trescientos setenta días. Sin duda, mucho tiempo.
Sé porqué: Lo que empezó asombrándome (las infinitas variantes que me proporcionaba lo que di en llamar mi New Age fotográfica) paulatinamente dejó de hacerlo. No fue porque no me interesara, sino porque lo incorporé rápidamente a mi rutina del simplemente hacer, que no desear. Para mí, la fotografía, a partir del trece de Mayo de 2020, pasó a ser otra cosa: devine en fotógrafo digital. Mis serias y sospecho que insalvables dificultades con esta actividad supuestamente creativa son, esencialmente, que ya no sé cómo relacionarme con ella.
Sencillo: cuando era un esforzadísimo artífice de fotografía analógica sabía que si llegaba más allá en la excelencia podría ser un Artista; ahora, con mi artefacto digital, no solo sé que nunca llegaré a serlo; sino algo peor todavía: ya no sé lo que soy. Mucho me temo que tengo reservada una silla en la última fila de la Nada…
La Fotografía: Lo que antes era monocromático, ahora también puede serlo, pero combinado con digresiones plenas de luz y color que se podrían asemejar a la libertad que ofrece la pintura. Puedes optar alegremente, por ejemplo, por cualquier tono en el cielo: verde, azul, rojo, amarillo, el que quieras. Y en otras partes de la imagen, pues lo mismo. No hay límites, lo que no sé es si eso es bueno o malo para lo que veníamos llamando fotografía, generalmente seria casi siempre. Ahora, al menos puede ser muy dicharachera y hasta muy Pop, Y lo más importante, ser revelada en unos minutos, que digo minutos tan solo en segundos.