DIARIO DE REVELADO
TREINTA Y UNO, del dos de febrero de dos mil veintidós.
“El enemigo del arte es la ausencia de limitaciones». Orson Wells
Suscribo lo que dijo este grandísimo y genial artista (normalmente, me creo lo que dicen los autores de las citas que traigo a este diario) y, en ese sentido, la fotografía es el soporte, disciplina, lenguaje (o como se quiera llamar) que ha sufrido (o disfrutado, depende) la mayor transformación de las últimas décadas o del último siglo. Los fotógrafos de mi generación nos hemos visto abocados a la crisis, sí o sí, de tener que situarnos conceptual y filosóficamente en el cambio de paradigma fotográfico. Los que han venido después, no. Los que pasaron antes, tampoco.
Unos nos hemos resistido mucho; otros, los más listos, apenas.
Dijo uno de mis contemporáneos, insigne, cómo no: “Creo realmente que cualquier persona con un afán creador puede optar por mirar con lo que sea, no importa el medio. Eso sí: si creo en el analógico es porque aún me da la expresividad que siempre he perseguido”. Alberto García Alix
Yo decía lo mismo. Él, ahora, no sé lo que dice o hace: si sigue con lo de antes, en lo que creía, o si ya es un hombre convenientemente digitalizado, es decir, un converso o descreído. No lo averiguaré porque, primero, no lo conozco y, segundo, antes me gustaba mucho su obra (sobre todo como creador de citas y aforismos); pero ahora ya ha decaído mi atención porque tengo la sospecha de que, paulatina y probablemente, sin pretenderlo, está precipitándose en el abismo de las redundancias, propias de los “abuelos porretas”. Le puede pasar a cualquiera (todos a partir de una cierta edad sobrevenimos en eso, a no ser que en un acto de suprema pureza nos cortemos la lengua).
La Fotografía: Me gustan mucho los motivos de objetos abandonados y viejos. Quizá esta fotografía debía haberla hecho con mi vieja cámara grande, pero he cerrado el cuarto oscuro, maldita sea. Quizá me planteé, para algunos temas, caros para mí, reabrirlo.