14 MARZO 2022

© 2022 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2022
Localizacion
Mi CASA, Toledo
Soporte de imagen
DIGITAL 2000
Fecha de diario
2022-03-14
Referencia
6956

LOS DÍAS (2)

Jueves, diez de marzo de dos mil veintidós
Siempre que me encuentro con alguien, el más simpático soy yo…
Me he despertado temprano (a las cinco de la mañana). Me he tirado de la cama sin guardarme ninguna consideración.
He subido al estudio y he escrito la entrada de diario de ayer (la foto la revelé el miércoles, por la tarde).
Luego desayuné y no supe qué hacer. Lo pensé unos instantes y decidí subir a la ciudad a deambular sin rumbo, con la cámara, despacio. Eso hice.
Pensé que a lo mejor me encontraba con alguien con quién podría hablar un ratito.
Sucedió: nada más salir, a doscientos metros de mi casa, apareció una vecina muy simpática (no tanto como yo, ella solo es muy habladora) que tiene un perro (Manolo), que es más simpático que ella, si cabe. Me interesé por cómo se encontraba y me contó que estaba aquejada de alergia primaveral. En el colmo de la simpatía por mi parte (Siempre que me encuentro con alguien, el más simpático soy yo), la pregunté cómo se llamaba (sé desde hace un año cómo se llama su perro, pero no cómo se llamaba ella). Me lo dijo. Entonces se sintió obligada a hacer lo mismo y me preguntó a mí. Se lo dije. Creo que quedamos satisfechos del paso decisivo que habíamos dado para conocernos mejor (ella es más joven que yo, pero tampoco mucho, me parece). Nos despedimos, sin más.
Ascendí cansinamente hasta una de las zonas del casco antiguo, por el barrio donde vivió mi abuela y, al volver una esquina me encontré con Gabino, el constructor de mi casa, de mi edad. Le tengo en altísima estima porque, además de ser una buena persona, es un excelente profesional. Naty y yo tuvimos una inmensa suerte de contar con él para la construcción de la casa que tanto me gusta y en la que disfruto cada día. Si no la hubiera construido él, la casa no sería la misma y a mí me gustaría infinitamente menos. Naturalmente me interesé vivamente por él y por su familia. Él, sin embargo, apenas si me hizo preguntas sobre mi vida (Siempre que me encuentro con alguien, el más simpático soy yo).
Después, por el barrio antiguo por el que paseaba he ido doblando esquinas azarosamente, siempre eligiendo las calles más estrechas. Las calles, mejor estrechas, si no tienes que vivir en ellas, claro.
He ido fotografiando todo lo que se me iba ocurriendo, pero más con espíritu narrativo que fotográfico. Me he sentado al sol en algunos apartados bancos e incluso he intentado trabar conversación con un tipo tan viejo como yo que tenía dos perritos, uno de ellos de mediana estatura, guapísimo (me interesaba mucho más el perrito que él). No quiso hablar conmigo aduciendo que no sabía español (no me lo he creído) pero es que, claro, -siempre que me encuentro con alguien, el más simpático soy yo-
Se me hizo muy tarde y ya bordeando las doce llegué a mi casa, y a tan solo cincuenta metros, me he encontrado con la vecina de arriba, según bajaba. Hemos mantenido la misma conversación de siempre: le pregunto cómo van sus cosas y ella me desarrolla los últimos acontecimientos o novedades que le han sucedido. Yo, cómo ya me sé dónde radican sus asuntos clave, si a ella se le ha olvidado alguno, yo le pregunto, atento y diligente. Me despedí de ella constatando, una vez más, que a ella ni se le ocurrió preguntarme por nada de lo mío, pero, como es habitual –Siempre que me encuentro con alguien, el más simpático soy yo-
Mañana, harto ya de la gente que no es tan simpática como yo, me iré al campo a pasear con Charlie Brown, donde no nos encontraremos con nadie. A la gente desatenta que la –zurzan con hilo verde- (Javier Tomeo).
La Fotografía: Mi casa azul, que construyó Gabino hace veinticinco años.

Pepe Fuentes ·