DIARIO DE VIAJE: A Sicilia
Día Tres (29.03.2022)
… Como todos los días y según habíamos planeado previamente, comenzamos nuestras tareas turísticas temprano.
Ragusa, capital de la provincia homónima, de setenta mil habitantes, tenía una estructura orográfica parecida a la de Noto y Modica: caserío que se vertía desde altos pronunciados hasta las hondonadas que la partían en dos. En ese sentido, estéticamente, resultaba sumamente atractiva y sugerente, sobre todo para mí que procedo de esa cultura urbanística impregnada de humedad, estrecheces y cuestas. El dédalo de calles invitaba a la exploración ávida y curiosa, subiendo y bajando.
Lo hicimos, tímidamente, a un lado y a otro de la ciudad vieja, con la hondonada de por medio.
Abandonamos pronto el afán exploratorio porque teníamos una agenda colmada, no sin antes recorrer durante casi dos horas bastantes calles, fotografiar e incluso visitar una de las dos catedrales: el Duomo de San Giorgio.
Nuestra próxima etapa sería Piazza Amerina para visitar Villa Casale, a 86 km…
La Fotografía: “El color del tiempo en un muro abandonado”. Alejandra Pizarnik.
O en un coche, como es el caso de la fotografía de hoy.
He tenido dudas en cuanto a la fotografía a incluir; la primera idea fue una –aparición mariana inanimada- (las de verdad se mueven, hablan y hasta disponen que se hagan cosas, según dicen). En este caso no, se trataba de una imagen estática, probablemente de escayola, que se encontraba en una gruta al lado de una curva de una carretera en la propia ciudad. Finalmente, he optado por esta otra fotografía porque me parece más insólita, estética y expresivamente más interesante (también filosóficamente, ya que remite a la idea del tiempo y el abandono), mientras que la vertiente milagrera del catolicismo ya se sabe, da lo que da.