16 JULIO 2022

LAS SOLEMNIDADES XIII
Jueves,16 de junio de 2022. Toledo. Ciudad Imperial.
(parcialmente nublado, pero caluroso)
No es cierto que hoy sea dieciséis de junio, es sencillamente mentira; es veintinueve, miércoles.
Son las diez y veintiséis de la mañana y acabo de dar un rodeo a la ciudad de mis pesadillas despierto,
he ido por un lado del río (orilla izquierda),
y he vuelto por la orilla derecha, lo que me ha obligado a cruzar un puente.
El triste paseo ha sido una lacerante tortura, sin fuerzas, con la pesada losa de una depresión creciente y galopante;
y, sobre todo, me he arrastrado a lo largo de ocho interminables kilómetros de muy mala hostia (la mía, de uso privado; la otra, la de la celebración de hoy es la buena).
Un estado de ánimo que me abocaría al asesinato por cualquier cosa, salvo porque sería un trabajo ímprobo e inasumible.
Durante todo el trayecto he ido oyendo una novela titulada: Poeta chileno, de Alejandro Zambra: Maravillosa de principio a fin (menos mal que siempre quedarán las novelas).
También he gozado de la lectura del propio Zambra, que lo hace impecable y creíblemente.
Últimamente leo (oigo) muchas novelas latinoamericanas.
Me encantan los giros y matices con las que enriquecen brillantemente el idioma español.
Sigo teniendo Covid, porque me encuentro cansadísimo a todas las horas del día.
Ah, se me olvidaba que en este diario me encontraba en pleno relato del magno acontecimiento del jueves que brilla más que el sol,
eso sí, tan solo en mi decrépita y tristona ciudad.
Hoy han tocado estos inocentes muchachos que su misión principal, parece, es portar un libro de desconocido contenido para mí,
pero debe ser muy importante, pero que a mí (orgulloso inculto) me trae sin cuidado cuál pueda ser…