11 SEPTIEMBRE 2022

© 2022 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2022
Localizacion
Almonacid (Toledo)
Soporte de imagen
DIGITAL (100)
Fecha de diario
2022-09-11
Referencia
4945

DIARIO ÍNTIMO 35
Jueves, ocho de septiembre de dos mil veintidós

Cené con mi amigo Luis en una terraza de la ciudad. Hacía tres meses que no nos veíamos. La conversación, en su totalidad, giró en torno a cuestiones terapéuticas y psicoanalíticas. Estuvimos de acuerdo en todo, o al menos no se suscitó controversia alguna. Él es un firme y entregado partidario del psicoanálisis (psicoanalista de inspiración lacaniana); mientras yo tengo serias dudas sobre el modelo terapéutico, especialmente en la vertiente de la interpretación de los sueños, que ya en el siglo V. a.C., practicaba el sofista Antifonte (el descubrimiento no fue exactamente del propio Freud, como tampoco el psicoanálisis que lo fue de Josef Breuer). Por otro lado, tampoco Freud ha sido para mí una figura de interés cultural o intelectual (tengo una amplia gama de injustificados rechazos).
Una prueba de las muchas imposturas freudianas, que refuerzan mi escepticismo: el propio Freud, en 1932, le dice al psicoanalista Sándor Ferenczi, que recoge en Diario clínico: “Los pacientes son escoria. Los pacientes solo son buenos para hacernos vivir, y son material para aprender. De todos modos, no podemos ayudarlos” (…) Freud escribe (1937) en Análisis “terminable e interminable” que nunca se puede acabar con una reivindicación pulsional; dicho de otro modo, que uno no se cura nunca…Michel Onfray.
Pero claro, con mi amigo, como nos queremos, más que a la especulación intelectual nos dedicamos al intercambio de confidencias y estados de ánimo, y, por supuesto, ninguna polémica porque no venían al caso.
En ese sentido, conté a Luis ciertas dificultades o desencuentros que mantengo con una mujer que me gusta mucho, y que yo, no hace mucho tiempo, elegí para el amor, pero que poco a poco he tenido que ir deconstruyendo el encantamiento por la fuerza de los hechos y por sus rasgos de carácter, incompatibles con mi manera de entender una posible relación que debe ser siempre fiel, entregada y entusiasta (unión de afinidades, deseos, cuidados y complicidades). Pero, lo esencial no es exactamente eso, sino que yo no he llegado a ser su oscuro objeto de deseo y que éste fuera suficiente para modificar su complicada forma de entender una relación sentimental (no puedo gustar a todas las mujeres, aunque siempre haya fantaseado con esa posibilidad). Luis me aconsejó, con todo el cariño y la consideración del mundo, algo que yo ya sabía: que abandonara mi elección porque no me resultaría ni propicia ni conveniente, es decir, concluimos que era imposible (solo me causaría frustraciones y un permanente malestar). Estuve completamente de acuerdo con él, curiosa y asombrosamente, sin dolor.  No se puede intentar cambiar el modo de ser de nadie, y tampoco se debe. Si la cosa funciona, muy bien, y si no, pues No.
Quiero pensar que estoy madurando a gran velocidad (“a la vejez viruelas”), lo que hace que me sienta bastante contento conmigo mismo. Quizá, la madurez tan solo radique en la capacidad de encajar pérdidas y derrotas diversas sin mover ni una pestaña.
La Fotografía: No estoy seguro de que esta imagen vaya bien con este texto, pero va estupendamente con la del viernes pasado por elección temática y cadencia (rota, por cierto, porque tendría que haberla editado ayer). Bien mirado, el desolado abandono que sugiere el paisaje disipa cualquier duda.

Pepe Fuentes ·