DIARIO DE VIAJE: Al Noreste
Día 3.5 Jueves (06.10.2022)
… Santo Domingo de la Calzada (25 Km), visité la catedral, impresionante como todas las iglesias, colegiatas, monasterios y basílicas que venía visitando en este viaje. Cerca, una enorme y diáfana Plaza de España, donde se encontraba el Ayuntamiento. Recorrí algunas calles, la tarde era espléndida de luz y temperatura.
Mi estado de ánimo no mejoraba, me sentía sin fuerzas y arrastraba los pies al caminar. Me senté en el coche para gestionar el hotel de la noche. Primero busqué en Casalarreina, pueblo monumental. No encontré y probé en Haro. Decidí aumentarme el presupuesto de hoteles en torno a veinte euros diarios, estaba harto de la pobretona experiencia de todas las noches (de 40 a 60 €). Tuve éxito.
Antes de llegar a Haro pasé por Casalarreina y paré. Di una vuelta. Era un pueblo monumentalmente interesante. Intenté visitar el Monasterio de Santa María de la Piedad (Benedictinas contemplativas), pero no pudo ser porque habían cerrado a las seis y media y eran las siete. Entré en la iglesia. Algunos feligreses rezaban el rosario, que era oficiado por alguien que no vi; diez o doce monjas sentadas en bancos en la parte trasera de la iglesia, escasamente iluminadas, también lo hacían. Las monjas contemplativas se encontraban detrás de un enrejado, encerradas pero inocentes, supongo; pero eso a ellas les daba igual porque habían elegido libremente sus culpas y sus condenas, las que fueran. La imagen era espectral y de una opresiva tristeza. Los hombres que participaban en esa quejumbrosa retahíla de oraciones incesantes (e insensatas), todos, miraban el móvil, también maniáticamente…
La Fotografía: Catedral de Santo Domingo de la Calzada. La luz filtrada a través de los vitrales dotaba al interior del templo de una claridad acariciadora y serena. Parecía que nada podía pasar bajo su protección. La luz de las catedrales es uno de los grandes hallazgos creativos del género humano.