DIARIO DE VIAJE: Al Noreste
Día 3.6 Jueves (06.10.2022)
…Llegué a Haro poco después, estaba cerca. Tomé la habitación (mejor que la de días anteriores), me duché y me fui al pueblo, estaba cerca, con el ánimo de dar un paseo por el centro y cenar.
Me encontré con una plaza grande y varias terrazas. La plaza y calles adyacentes estaban bastante animadas. Elegí uno de los varios bares de tapeo que había a lo largo de una calle. Tomé una ensalada clásica y una copa de vino (me encontraba en zona vinícola). Después di un último paseo y volví al hotel. A esas alturas ya me sentía bastante repuesto de la mala tarde que había pasado.
En el Hotel, según pude ver cuando llegué, había dos autobuses de excursionistas de la tercera edad (de los míos). Me senté en una de las mesas del exterior a tomarme un ron con hielo. Poco después, todas las mesas de alrededor fueron ocupadas por los excursionistas, generalmente matrimonios muy castigados por los años. Se fueron animando entre ellos y poco después tenían montada una fiesta desatada de risas y excitadas conversaciones en un tono extremadamente alto y procaz, por si fuera poco, contaban chistes y cantaban ¡¡¡increíble, me dije, qué capacidad de abstracción de su realidad!!! O no, y es todo lo contrario. No estoy seguro de nada que tenga que ver con el reflejo de mi propia imagen.
Pensé, debería apuntarme a unos de estos saraos, lástima que no esté constituido para semejantes estallidos de incontenible y viejuno jaleo (aunque, creo que los jolgorios no tienen edad, aunque sí estilo, malo o bueno, depende de los protagonistas).
Ese movidón dificulto mi conversación con Carmen (no nos oíamos), tuvimos que aplazarla al día siguiente.
Abrumado, a las once, subí a la habitación. Me acosté y me dormí enseguida…
La Fotografía: Es asombroso como estos muñequitos que suelen colocar en marcos sobrios o suntuosos, depende, puedan despertar tanta aquiescencia y devoción. Sí, ya sé, son representaciones icónicas de un misterio de orden superior, es decir, divino. Sí, eso lo explica todo, pero no a mí. Quizá tenga que ver con lo que sentimos los humanos ante el arte: representaciones materiales e ideales que remiten a la sensibilidad y creencias de cada cual. Partir de una realidad palpable, o no del todo, como la poesía, la literatura, y la música, pero que, en todos los casos y técnicas busca conectar al espectador con en el mundo intangible de sus sentidos. Sí, las creencias, son lo mismo. Pero con una sutil diferencia, ante esas deidades recreadas artísticamente los humanos se arrodillan y ante el arte no.