MONÓLOGOS SOBRE ARTE
Capítulo dieciséis: ARCO, Feria Internacional de Arte Contemporáneo, 2023 (5).
Viernes, veinticuatro de febrero de dos mil veintitrés
A mí Arco, entre otras muchas utilidades para mi uso y enriquecimiento me sirve para reafirmarme en mi desconocida vertiente artística (incluso para mí). Nunca se puede estar seguro de la artisticidad propia, a no ser que te paguen mucho por lo que hagas.
Las escaleras, metafóricamente, son uno de los elementos más poderosos que existen en el mundo de la creación, de cualquier creación, por ejemplo, en el brillante y simbólico relato de Julio Cortázar, “Instrucciones para subir una escalera”.
“Agachándose y poniendo la mano izquierda en una de las partes verticales, y la derecha en la horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un peldaño o escalón. Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos elementos, se sitúa un tanto más arriba y adelante que el anterior, principio que da sentido a la escalera, ya que cualquiera otra combinación producirá formas quizá más bellas o pintorescas…”.
Luego, estaría el valor simbólico de la propia escalera en el sentido de que no nos llevaría verdaderamente a ninguna parte, salvo, tan solo, provisionalmente. Sí, porque allá donde subamos, siempre, sin excepción, tendremos que bajar (en caso de duda, visítese un cementerio) …
La Fotografía: A lo largo del tiempo he realizado decenas de fotografías de escaleras de mano apoyadas en paredes desnudas. Mi obsesión por este elemento o herramienta tan útil y práctica hacía que llevara una en el coche, por si acaso. Me gustaba mucho fotografiarme subiendo esa escalera a ninguna parte. Es más, creo que en una de mis mejores fotografías (ahora expuesta en mi casa) soy yo, con una gabardina subiendo esa escalera (la que llevaba en el coche) en un ambiente de claroscuro y con la pared donde la apoyaba agrietada. Esas puestas en escena, algo tenebrosas porque remitían a sensaciones de absoluta inutilidad y fracaso me encantaban. Me parecían muy artísticas y muy propias. Me aludían íntimamente. Pues bien, cuando en un ámbito artístico me encuentro con escaleras como ésta, me digo, reafirmándome: -te das cuenta, tío, tú eras un artista, lo único que pasó es que no supiste vender tu opción- Y entonces me río y me pongo a pensar en otra cosa, tan campante.